El Ejército israelí afirmó haber atacado el viernes un complejo de entrenamiento y depósitos de armas, en una operación dirigida contra las amenazas que "hacen avanzar los complots terroristas contra las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) y el Estado de Israel".
Israel llevó a cabo ataques aéreos contra objetivos de Hezbolá en todo el Líbano el viernes, incluido un lugar de entrenamiento utilizado por la Fuerza Radwan de élite del grupo militante, informó el Ejército israelí.
Según las Fuerzas de Defensa de Israel, los ataques se dirigieron contra un lugar en el que se entrenaban operativos, se realizaban ejercicios con fuego real y se planeaban ataques contra fuerzas y civiles israelíes.
Israel también atacó varios depósitos de armas, infraestructuras y edificios militares de Hezbolá utilizados para "impulsar complots terroristas contra las fuerzas de las FDI y el Estado de Israel", afirmó el Ejército.
Los medios de comunicación libaneses informaron de que los ataques se concentraron en la región nororiental de Hermel. Se desconoce el número de víctimas. El Ejército israelí dijo que los objetivos y las actividades de entrenamiento de Hezbolá violan los acuerdos entre Israel y Líbano y suponen una amenaza para Israel, añadiendo que continuaría las operaciones para eliminar tales amenazas.
No se respeta el alto el fuego
Israel y Hezbolá acordaron un alto el fuego en noviembre de 2024 tras más de un año de enfrentamientos transfronterizos que comenzaron cuando Hezbolá lanzó ataques tras el asalto de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023.
El alto el fuego exigía a ambas partes el cese de las hostilidades; Líbano era responsable de impedir que los grupos armados atacaran Israel, e Israel se comprometía a poner fin a las operaciones militares ofensivas.
Al Ejército libanés se le encomendó la tarea de desarmar a Hezbolá en el sur del Líbano. Hezbolá se ha negado a deponer las armas. Sin embargo, Israel ha llevado a cabo ataques casi diarios en todo Líbano desde que comenzó la tregua, afirmando que tiene como objetivo a miembros de Hezbolá y sus infraestructuras para impedir que el grupo reconstruya sus capacidades militares.
La ONU informó de que más de 330 personas han muerto en operaciones israelíes desde que comenzó el alto el fuego.
El Gobierno libanés ha recibido presiones para que desarme a Hezbolá, y las autoridades israelíes han advertido de que reanudarán las operaciones militares si no se desmantela por completo el grupo.
Un apoyo multimillonario de Irán
La Fuerza Radwan es la unidad de operaciones especiales de élite de Hezbolá, creada con la ayuda del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) de Irán.
La unidad, cuyo número de combatientes se estima en unos 2.500, adquirió una gran experiencia en el campo de batalla durante la guerra de Siria y se encarga de planificar operaciones transfronterizas en el norte de Israel, incluida la posible infiltración y toma de territorio israelí en la región de Galilea.
Hezbolá ha funcionado como el principal apoderado de Irán desde su formación en 1982, y se calcula que Teherán proporciona al grupo entre 700 y 1.000 millones de dólares anuales (entre 600 y 850 millones de euros), junto con armas, entrenamiento y apoyo político a través de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), según recientes evaluaciones del Gobierno estadounidense.
El 23 de noviembre, Israel mató al jefe del Estado Mayor de Hezbolá, Haytham Ali Tabatabai, en un ataque aéreo en los suburbios del sur de Beirut, el comandante de más alto rango que ha muerto desde que comenzó el alto el fuego, un año antes.