Los principales líderes de la oposición venezolana renuevan su pulso a Nicolás Maduro y aseguran que, tras denunciar fraude en las presidenciales de 2024, el país avanza hacia un cambio "realista y democrático".
Los líderes opositores venezolanos María Corina Machado y Edmundo González Urrutia han situado 2026 como un punto de inflexión para el país. En un mensaje conjunto de fin de año difundido este miércoles, ambos aseguraron que será el año de la "consolidación de la libertad" y reafirmaron su compromiso con la lucha política iniciada tras denunciar un fraude en las elecciones presidenciales de 2024, en las que Nicolás Maduro fue proclamado presidente reelecto.
"El 2026 será el año de la consolidación de la Libertad de nuestra nación", escribió Machado en la red social X, acompañando el mensaje de un vídeo en el que aparece junto a González Urrutia, quien continúa reclamándose como el "presidente electo". La dirigente opositora, galardonada con el Nobel de Paz 2025, subrayó que el camino recorrido ha estado marcado por "retos y dificultades diarias", pero defendió que durante 2025 se han dado "pasos decisivos" y se han logrado avances que acercan a Venezuela al cambio político.
González Urrutia reforzó ese mensaje con un llamamiento a la constancia y al compromiso colectivo. "Venezuela tiene un camino posible, realista y democrático", afirmó, insistiendo en que la decisión sobre el futuro del país "ya fue tomada por la gente". A su juicio, los obstáculos no detendrán un proceso que, dijo, exige paciencia, confianza mutua y una hoja de ruta firme.
Las palabras de ambos dirigentes llegan en un contexto marcado por el exilio y la presión política. Machado anunció este mes su salida de Venezuela para recibir el Nobel tras pasar once meses en la clandestinidad, mientras que González Urrutia abandonó el país en septiembre del año pasado y se exilió en España. El opositor denunció entonces una persecución en su contra después de que el órgano electoral proclamara a Maduro sin publicar el desglose de los resultados, como establece la legislación venezolana.
Desde la distancia, ambos líderes mantienen un discurso de continuidad y apelan a la movilización cívica como vía para un cambio que, aseguran, ya está en marcha. Para la oposición, 2026 no es solo una fecha en el calendario, sino la promesa de que el rumbo político de Venezuela puede, y debe, cambiar.