Exposición de Andrés Serrano en Aviñón

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La Colección Lambert de la ciudad francesa de Aviñón acoge una exposición de fotografía del estadounidense Andrés Serrrano.

“Yo no digo que soy fotógrafo porque cuando tenía 17 años empecé a estudiar en la Escuela de Arte del Museo Brooklyn pintura y escultura. Pero después de algunos años de formación, comprendí que no podría dedicarme a ello. Además, yo era joven, me movía mucho, no tenía estudio pero vivía con una mujer que tenía una cámara fotográfica y comencé a utilizarla. Fue entonces cuando entendí que mi dedicación al arte pasaría por la utilización de una cámara y no por el uso de los pinceles”, explica el artista.

Su obra se articula entorno a series temáticas centradas en fluídos corporales, en el sexo o inlcuso en la muerte. Para este último trabajo Serrano pasó tres meses en una morgue.

“Descubrí que no me gusta la muerte, yo no quiero morir. Descubrí también que mucha gente muere de manera inesperada. Y esa no es justamente la muerte que esperamos. La mayoría de las personas a las que fotografié en la morgue no murieron siendo viejas. Murieron porque habían sufrido accidentes terribles, porque se habían suicidado o porque habían estado muy enfermas. Muy pocas personas habían fallecido por muerte natural”, segura Serrano.

Su último trabajo se centra en la tortura.

“Este proyecto comenzó cuando en 2005 el New York Times Magazine me pidió que realizase un trabajo sobre la tortura, fotografías como las de Abu Ghraib. Hice una para la portada de un hombre con una capucha que le cubría la cara. Este trabajo fue publicado en 2005 y después no volví a pensar en la tortura hasta el año pasado cuando varias personas me preguntaron: ‘¿por qué no vuelves a hacer algo sobre ese tema?’ y al final dije que sí”, cuenta.

Ese trabajo forma parte de otra exposición de Serrano en los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica. Una exposición en la que también incluye otro de sus temas de predilección: las personas sin hogar.

“Tenemos un proyecto sobre los sin techo que realicé hace años en Nueva York. Titulé ese trabajo “Los Habitantes de Nueva York”. Fotografié a los sin techo en la calle pero no podía llamarlos así, por eso busqué un título diferente, un título adecuado a esos habitantes de la ciudad. A Michel Draguet, director de los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica, le gustó este proyecto y me pidió que hiciese lo mismo pero en Bruselas”, explica.

“He aprendido tantas cosas gracias al arte en mi vida que ya no siento la necesidad de seguir buscando. Muchas veces no sé quiénes son los otros fotógrafos, los otros artistas del momento, pero conozco a los clásicos, sé lo suficiente. Un día sientes que tienes una vida plena y entonces lo único que tienes que hacer es dejar salir todo lo que llevas dentro”, afirma.