300 barcos, grandes y pequeños, antiguos y modernos, se han dado cita un año más en el sur de Francia, para participar en la regata Voiles de Saint Tropez.
PUBLICIDAD300 barcos, grandes y pequeños, antiguos y modernos, se han dado cita un año más en el sur de Francia, para participar en la regata Voiles de Saint Tropez. Un evento que se celebra durante nueve días desde hace 35 años.
André Beaufils es el presidente de la Sociedad Naútica de Saint Tropez.
“Esto no es un concurso, se trata de una reunión de barcos, de amigos, sobre todo. Queremos que siga siendo una reunión de aficionados. Aquí no es el dinero el que manda”, asegura.
Luca Bassani es el fundador y presidente de Wally Yachts. 16 de sus barcos participan en la regata.
“Estos veleros son muy rápidos y confortables. Para navegar en un barco de 30 metros de eslora, se necesitan a bordo entre 16 y 18 personas que trabajan además de otras diez para hacer peso”, explica.
El velero Moonbeam fue construido en 1914. Su capitán se siente muy cercano de aquellos que navegaron antes en este barco.
“Navegamos como ellos lo hicieron. Sin asistencia, solo con la fuerza humana”, asegura Mikaël Créac’h.
Hoy es el último día de regata. La tripulación del Alibi está formada solo por mujeres.
“El ambiente a bordo es muy bueno, estamos muy atentas las unas de las otras, ninguna está por encima de las demás, intentamos progresar todas juntas, de manera colectiva. Intentamos también hacer avanzar a las chicas en puestos que no conocen”, explica Caroline Petit, del Alibi 2.
“A veces navego con hombres que son muy pedagogos, que no quieren que avances, la verdad”, asegura Corinne García del Alibi 2.
Marie Joubert también navega a bordo del Alibi.
“Muchas veces siento que mi trabajo no sirve para nada respeto a las demás pero para mí es importante observar, aprendo muchas cosas. Tengo mucha suerte de poder participar en esta regata. Mis compañeras me explican muchas cosas a pesar de ser muy competitivas”, afirma Joubert.
“Es raro que en este tipo de regatas haya tripulaciones femeninas. Aquí solo hay tres y el ambiente es muy especial”, asegura Laurence Alexandrowicz, de euronews.
“Todas las noches tenemos una fiesta, intentamos dormir un poco porque a la mañana hay que despertar temprano. Tenemos que respetar los horarios”, explica Floriane Combray del Alibi 2.