La muerte de Chick Corea deja un vacío inmenso en el mundo del jazz
PUBLICIDADLa muerte del pianista y compositor estadounidense Chick Corea a los 79 años víctima de un cáncer ha dejado un vacío inmenso en el mundo del jazz. También ha provocado una cascada de condolencias de artistas que trabajaron con él, como Cat Stevens, John McLauglin, Dee Dee Bridgewater... y de instituciones que frecuentó, como el Centro Kennedy de Washington, donde actuó en numerosas ocasiones. Todos destacan que fue un genio innovador e irrepetible.
Chick Corea trabajó con figuras de primer orden y tuvo sus propias bandas (Circle y Return to Forever). A lo largo de más de cinco décadas de carrera, obtuvo 65 nominaciones a los premios Grammy, galardón que levantó 23 veces. En su trayectoría artística elevó el jazz a cotas nunca antes alcanzadas, traspasando los límites del género, fusionándolo, probando con distintas corrientes musicales y casi siempre acertando. Su osadía estaba estrechamente ligada a su inmensa creatividad.
"Estoy de acuerdo con todo eso de que debería haber más arte y cultura, pero la creatividad está dentro de nosotros, cada individuo es dueño de ella. Es cuestión de tomarla, de empujarla para que suceda. Las cosas no sucederán porque haya leyes y burocracia. Las cosas ocurren cuando los individuos crean y hacen algo. Eso es lo que pienso", explicaba durante una entrevista en Hungría en el año 2014.
"Me gusta seguir tocando porque esa es mi vida y creo que lo mejor que tengo para ofrecer a la gente y a mi entorno es mi música", añadió.
En su página de Facebook, Chick Corea dejó un mensaje de despedida dando las gracias a quienes le habían ayudado a "mantener ardiendo el fuego de la música. Tengo la esperanza de que aquellos que se sientan inclinados a tocar, a escribir, a actuar o algo similar, lo hagan. Si no es por ellos mismos, que sea por los demás... No es solo porque el mundo precise de artistas, sino que además es muy divertido".