Pierre Yves nos cuenta cómo es su nueva vida en la isla Mauricio, tras haber dejado su Francia natal. Su día ideal: compartir con otros las cosas simples de la vida.
Pierre Yves, expatriado francés en la isla Mauricio: "Recuerdo que en el club de golf donde juego en Francia, un domingo por la mañana había un__mauriciano que había venido a presentar el nuevo hotel Awali en Telfair y el campo de golf de allí. Cogí los folletos, fui a casa y le dije a mi mujer, Marianne: 'Mira, han abierto un nuevo hotel en la isla Mauricio, tiene buena pinta', y nos vinimos. Descubrimos la región del sur que no conocíamos antes, y nos enamoramos de esta región y de Mauricio".
"Y, al principio, cuando compramos la casa aquí, nuestros hijos nos decían: 'No, está muy lejos'. Ahora les encanta venir... Y estamos un poco dispersos en Francia, es difícil verse, y este es el punto de reunión, de encuentro".
El día ideal: de pesca
"El día ideal es compartir con los demás, incluso los momentos más simples. Voy a pescar, pero no soy pescador, no sé pescar, pero es compartir un buen rato con el pescador. A los mauricianos les gusta cuando vamos a pescar con ellos. Les gusta enseñarte, hacerte descubrir... Son generosos, disfrutan ayudándote y eso me gusta mucho. Es contagioso también, porque también queremos devolverles el placer que nos aportan. Es un intercambio".
"Recuerdo una noche, al final del día. A veces les gusta ir a pescar al final del día. Te sientas y nadie habla en el barco. Y sientes que la tensión y la presión disminuyen. No hay esa necesidad sistemática de hablar y eso no impide que estemos muy bien. Incluso sin decir palabra, compartimos algo, hay algo entre nosotros y esos son momentos agradables".
Montar en Harley con amigos
"También solemos ir en moto con amigos. De hecho, el mundo de la Harley, cuando vas en moto, es como un juego. Montar juntos... Y, visitar la isla Mauricio sobre dos ruedas no es como en coche, es diferente. Tenemos otra sensación, vemos otras cosas, disfrutamos el placer de montar juntos. Lo veo cuando nos encontramos, cada vez que nos miramos, hay grandes sonrisas... El ruido de la moto, la vibración de las Harleys, es muy especial. Es el puro placer de montar juntos".
"Cuando llegué a la isla Mauricio, sentí que estaba empezando una nueva vida".