Un escrito de la artista encontrado en un sofá cambiaba un documento previo que daba a un hermano el control de su patrimonio.
Finaliza la disputa judicial sobre la herencia de Aretha Franklin.
Un tribunal de Michigan ha decidido dar por válido un texto encontrado en un sofá de la cantante tras su fallecimiento. Escrito por ella misma en 2014, en él cedía a su hijo Kecalf Franklin y a sus descendientes su principal residencia en Detroit.
Este documento corregía uno anterior de 2010 hallado en un armario, que atribuía a otro retoño, Ted White II, la gestión de su patrimonio y exigía a otros dos de sus hijos a graduarse en empresariales antes de acceder a sus bienes.
Mientras Edward apoyaba a Kecalf, Clarence, el otro hijo de Franklin, no participó en en proceso por sufrir trastornos mentales.
La artista murió de cáncer de páncreas en 2018.