La Esperanza Macarena vuelve al culto tras la restauración que corrigió los daños detectados en la intervención anterior. Cientos de fieles hicieron largas colas desde la madrugada para verla y la Hermandad ha habilitado horarios especiales de veneración.
Tras casi cuatro meses de restauración, la imagen de la Esperanza Macarena ha regresado este lunes a su altar su basílica de Sevilla, y decenas de fieles han hecho largas colas desde la madrugada para contemplarla.
La intervención original, dirigida por Francisco Arquillo, generó gran controversia entre los devotos, que denunciaron cambios en la mirada, sobre todo en pestañas y expresión, que alteraban la identidad de la talla.
Ante la fuerte reacción, la cofradía encargó una nueva restauración al experto Pedro Manzano, esta vez con supervisión técnica del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), culminada el pasado fin de semana.
El trabajo de Manzano ha incluido un tratamiento de anoxia para eliminar los insectos, la corrección de desperfectos en el ensamblaje de la madera, la retirada de materiales añadidos en intervenciones previas y la reintegración de la policromía original. Según la Hermandad, la actuación ha permitido recuperar la apariencia habitual de la imagen y subsanar los daños detectados.
Largas esperas, emoción y alivio
Las colas comenzaron a formarse alrededor de las 4:00, y a partir de las 6:00, cuando se abrieron las puertas de la basílica, cientos de personas accedieron para este esperado "cara a cara". A media mañana, algunas filas superaban las cuatro horas de espera, según medios locales.
La Hermandad ha organizado horarios especiales para que fieles y curiosos puedan contemplar la imagen, este lunes hasta las 23:00, y los días 9 y 10 de diciembre de 7:00 a 21:00, con accesos diferenciados según deseo de meditación o simple contemplación, incluyendo pasos preferentes para personas con movilidad reducida.
Desde su restauración, la Esperanza Macarena vuelve con una apariencia que muchos describen como más auténtica, devolviendo la serenidad y la devoción que la talla ha despertado durante siglos.