Conservar el legado cultural para transmitir su valor a las nuevas generaciones debería ser una prioridad. El proceso se complica cuando las miradas actuales terminan por arrasar con el pasado. Repasamos otras restauraciones fallidas antes del polémico cambio de La Macarena de Sevilla.
Sevilla está del revés estos días porque el rostro de la virgen de La Macarena, una talla del siglo XVII de autor desconocido y valor incalculable para miles de fieles, ya no mira de la misma forma. Tras haber sufrido varios retoques, entre los días 16 y 20 de junio, sus ojos son algo más pequeños, su mirada es más triste, sus pestañas están más alargadas y hasta su apariencia parece más clara.
La Hermandad de la Macarena de Sevilla había encargado al profesor y conservador Francisco Arquillo Torres la labor de mantenimiento de la virgen aunque el resultado, como han demostrado las reacciones de los feligreses, ha sido más próximo a una restauración completa.
En los alrededores de la iglesia no han dejado de escucharse los gritos y los lloros entre los cientos de personas congregadas para visitar la transformada imagen religiosa, mientras las redes sociales arden todavía con la incredulidad de unos usuarios que ya no reconocen a un icono de Sevilla.
Entre los comentarios incluso ha surgido la teoría de que la talla ha sido sustituida por otra distinta y hay quien compara la modificación con una cirugía estética. "No puedes tratar a una obra de arte como si fuera un maniquí o un juguete", ha comentado un usuario. "Yo le veo parecido con Victoria Federica", ha añadido otro.
Con el periódico 'The Times' haciéndose eco de la noticia y la dimisión de dos miembros de la junta de gobierno de la Hermandad de la Macarena. Así resulta una iniciativa con buena fe que podría haber terminado sin polémicas de haberse consultado a un comité ténico y a las autoridades de patrimonio.
Como las desgracias nunca vienen solas (las polémicas, en este caso, tampoco), a penas dos días después del revuelo por el nuevo rostro de la virgen de La Macarena ha salido a la luz una demanda por la restauración de otra virgen en Sevilla.
¿Preservación de la obra o del derecho inmaterial del autor?
En este caso se trata de la talla de la Virgen Dulce Nombre de Bellavista, realizada por el imaginero Luis Álvarez Duarte en 1969 y que fue restaurada a principios de 2021 por Darío Ojeda Cordero. Aunque la Delegación de Patrimonio de la Archidiócesis de Sevilla aprobó unas reparaciones que también fueron supervisadas por expertos, como asegura Ojeda Cordero, la hija del autor original ha denunciado la iniciativa cuatro años después.
Guadalupe Álvarez Duarte ha llevado a los tribunales al restaurador por percibir unos rasgos en la fisionomía de la virgen muy distintos a los originales creados por su padre.
Los abogados de ambas partes ya están trabajando en el proceso y la disputa reside en si la preservación del soporte material de la obra puede anteponerse al derecho inmaterial de la idea del autor que la confirió, como ha expresado el abogado demandante. De recibir la indemnización por daños y perjuicios, la demandante ha asegurado que donará el dinero a la caridad.
Los casos ya comentados son más recientes, pero no es la primera vez que una mano bienintencionada decide dar un cambio de aires a una obra artística hasta lograr una pieza completamente distinta.
Estas son las restauraciones fallidas que saltaron a la fama antes del rostro retocado de la Macarena de Sevilla.
El fenómeno del Ecce Homo
Una obra que no necesita presentación. Esta pintura mural del siglo XX se encuentra en el Santuario de Misericordia de Borja, en Zaragoza, y es casi tan conocida nacional e internacionalmente como la virgen de La Macarena.
Todo es gracias a Cecilia Giménez Zueco, una octogenaria pintora aficionada que vio la obra del pintor Elías García Martínez, entonces catedrático de la Escuela de Arte de Zaragoza, un poco desmejorada e inició las labores de restauración con el consentimiento del párroco.
Las novedades que introdujo Cecilia con su pincel distaban tanto de la obra original que al principio se confundieron con un acto de vandalismo contra el patrimonio. Los periódicos nacionales cubrieron la noticia y el resto es historia. Internet se llenó de memes y vídeos humorísticos. Surgió un fenómeno que hasta llegó a aparecer en un reportaje de la 'BBC'.
El dúo musical Las Bistecs hizo de Cecilia y el 'Ecce Homo' una de las referencias principales de su género musical, bautizado como 'electro-disgusting', en la canción 'Historia del arte', cuya letra reza:
"El falo en tendencia en todos los museos. No me quedan Euros para ver algo tan feo. (...) Se ha alzado una mujer y ha plantado un pino, Cecilia es un hombre, Ecce homo, es divino." Este tema es una crítica a la historia del arte contada desde una visión masculina y reivindica la acción de Cecilia como una forma de dar nuevo significado en la actualidad a una obra que, de lo contrario, no habría sido tenida en cuenta.
Cecilia llegó a inaugurar una exposición con sus pinturas, esta vez originales y no restauradas. La realidad es que hizo famoso al Ecce Homo de Borja y ella se convirtió en un fenómeno pop. También sentó un precedente en el ámbito de las restauraciones fallidas, ya que todas las que vinieron después fueron calificadas como "otro Ecce Homo".
Escultura de San Jorge - Navarra
El párroco de la iglesia de San Miguel de Estella, en Navarra, encargó en 2018 a una profesora de manualidades de la localidad, sin conocimientos técnicos, la restauración de esta estatuilla de San Jorge.
Los colores empleados en una imagen que ya de por sí ofrece un aspecto naíf dieron un resultado aún más cómico y, por supuesto, las redes sociales fueron las primeras en manifestarlo junto con la BBC.
El lavado de cara de San Jorge a base de acrílico despertó la indignación de la Asociación de Conservadores y Restauradores de España (Acre), hasta que las labores de conservación adecuadas, un año después, devolvieron al santo a una forma más parecida a la que debió tener cuando fue creado.
Tallas de Santa Ana - Asturias
Probablemente Roñadorio, un pueblo de menos de veinte habitantes en Asturias, no vuelva a protagonizar un episodio tan emocionante como el de aparecer en los telediarios gracias a la creatividad de una de sus vecinas.
Para María Luisa Menéndez, la estanquera de esta pequeña localidad, tres de las tallas de la iglesia estaban "horrorosas", así que decidió colorearlas en sus ratos libres.
Una figura de Santa Ana, acompañada de la virgen y el niño, una maternidad que representa a María y Jesús y una imagen de san Pedro, todas datadas entre los siglos XV y XVI, fueron modificadas con el permiso del párroco de la ermita del pueblo. La reacción de La Dirección General de Patrimonio del Principado de Asturias no fue tan colorida.
El retablo de la iglesia de San Xoán - Galicia
Dos vecinos de Alto, en Lugo, encontraron un antiguo retablo abandonado perteneciente a la iglesia de San Xoán. Sin tener ningún conocimiento de artesanía o restauración, decidieron investigar y, a través de fotografías antiguas, llevaron a cabo la transformación de la pieza por un valor total de 600€.
Para decidir los colores con los que pintarían la obra también se inspiraron en un retablo antiguo de una iglesia cercana.
Cuando José Rozas y Manuel Tejeiro presentaron el resultado en el templo y la nueva apariencia del retablo se hizo pública, el responsable de Patrimonio del Obispado rechazó en todo momento haber permitido la iniciativa.
Tras la reacción del Obispado, los vecinos defendieron su iniciativa y declararon que el Obispado no quería que saliese a la luz el descuido durante años por parte de la iglesia de una obra de valor.
El querubín de la Parroquia de San Sebastián - Cantabria
Una de las figuras en relieve de los ocho ángeles del retablo mayor de la Parroquia de San Sebastián de Reinosa, en Cantabria, ya no existe y allí, en lugar de una figurita o un artesonado, hay un monigote sonriente en dos dimensiones. La imitación de querubín, con nariz triangular y con un borrón negro en lugar de cabellera, podría ser el resultado de un ejercicio escolar de una clase de plástica.
En realidad, es una guía colocada para no dejar en blanco el espacio de yeso que habría ocupado el original. Al menos, así defendió el párroco de la iglesia, Eduardo Guardiola, la existencia de la caricatura porque, según él, "no era para tanto", ya que "sólo se podía ver con prismáticos".
Castillo de Matrera de Villamartín - Cádiz
Aunque el proyecto de restauración del Castillo de Matrera, en la localidad gaditana de Villamartín, fue llevado a cabo por el arquitecto Carlos Quevedo como experto apoyado por la Junta de Andalucía, el resultado no escapó a la polémica.
Al público no le convenció el nuevo destino estético de este castillo del siglo IX, que incluso llegó a publicarse en 'The Guardian' o 'The Times' y recibió las críticas de varias entidades de patrimonio cultural.
Sin embargo, más tarde recibió reconocimientos internacionales como el premio Architizer A+ en la categoría de Preservación y el American Architecture Prize en la categoría de Patrimonio o Arquitectura. Está claro que nunca se restaura a gusto de todos.
Figura de la catedral de Santiago de Compostela - Galicia
Este último ejemplo no es una restauración fallida, sino una transformación gratuita. A alguien se le ocurrió en 2018 que una figura de la fachada de la catedral de Santiago de Compostela, datada del siglo XII, podría parecerse a un integrante de la banda de rock Kiss e hizo al santo viajar al futuro a base de rotulador permanente.
Además de tratarse de un acto intencionado y, por tanto, vandálico sobre el patrimonio, demuestra de nuevo ese impulso de inevitable de pensar el legado del pasado bajo las referencias y códigos actuales.