La religiosa se convierte, a sus 63 años, en la segunda representante de la rama protestante creada por Enrique VIII en un momento difícil para la Iglesia de Inglaterra, envuelta en múltiples escándalos de abusos sexuales.
Una mujer ha sido nombrada arzobispa de Canterbury por primera vez. El máximo representante de la Iglesia Anglicana, el rey Carlos III, ha designado a Sarah Mullally como la 106ª persona en liderar esta rama protestante. Mullally, que ocupó durante casi ocho años el cargo de obispa de Londres, es una antigua jefa de enfermería.
La nueva arzobispa, de 63 años, asume el cargo en un momento difícil para la Iglesia Anglicana, que ha sido muy criticada en los últimos años por su gestión de diversos escándalos de abusos sexuales. Su predecesor, Justin Welby, dimitió en noviembre, después de que una investigación descubriera que no avisó a la Policía tras descubrir que un voluntario de unos campamentos de verano cristianos había perpetrado varios delitos de esta tipología.
El nombramiento de la primera mujer arzobispa de Canterbury se produce una década después de que los anglicanos promulgasen a su primera mujer obispo en 2015. Las mujeres ya habían sido autorizadas a ser sacerdotisas por primera vez en 1994.
El primer ministro Keir Starmer felicitó a Mullally y le deseó éxito en su nuevo cargo. "La Iglesia de Inglaterra tiene una profunda importancia en este país", declaró Starmer. "Sus iglesias, catedrales, escuelas y organizaciones benéficas forman parte del tejido de nuestras comunidades".
Por su parte, Stephen Cottrell, arzobispa de York, dijo estar "encantado" con el nombramiento de Mullally. "Es una persona de enorme valor, sabiduría, integridad y experiencia", escribió. "En los muchos retos a los que se enfrenta la Iglesia de Inglaterra en este momento necesitamos el liderazgo amable, piadoso y estable que aportará la obispo Sarah".
Una vida dedicada a la fe
En una declaración hecha pública tras su nombramiento, Mullally describió cómo llegó a la fe cuando era adolescente. "En cada etapa de ese viaje, a través de mi carrera como enfermera y el ministerio cristiano, he aprendido a escuchar profundamente a las personas y a la suave inspiración de Dios, y de tratar de unir a la gente para encontrar esperanza y sanación", expresó Mullally.
"Sé que es una gran responsabilidad, pero la afronto con un sentimiento de paz y confianza en que Dios me llevará como siempre lo ha hecho", añadió la nueva líder espiritual. Mullally dirigirá una Iglesia que cuenta con más de 85 millones de miembros repartidos por 165 países.