Pecadores, accidentes y batallas, las mejores películas de 2025

2025 arrancó y termina con la pérdida de dos titanes del cine, David Lynch y Rob Reiner, y los meses intermedios han traído el avance amenazante de la IA (aún sin restricciones ni controles para la tecnología favorita de todos), protestas contra los genocidios, el descarado alegato del codirector ejecutivo de Netflix, Ted Sarandos, de que ir al cine es "un concepto obsoleto", y noticias de monopolios corporativos en ciernes que ponen en peligro la experiencia de sala y la forma en que vemos las películas.

Si se pone todo esto en el contexto de unos disparates de corte fascista en escalada, guerras en curso y los horrores cotidianos de la actualidad, es fácil afirmar que ha sido difícil no caer en una crisis.

Aunque 2025 haya parecido un auténtico desastre, queda claro que ir al cine sigue siendo una de las mejores formas de escapar de la locura. En absoluto es un concepto obsoleto, está amenazado pero es vital, ahora más que nunca, no solo como entretenimiento sino como vía para generar empatía y despertar la curiosidad. Ambas se echan en falta estos días.

Por suerte, ha sido un gran año en las salas, tanto que elegir solo 20 películas que nos han ayudado a atravesar 2025 ha sido más difícil que nunca. Incluso algunas de nuestras favoritas como The Ice Tower, Eddington, Drømmer (Dreams (Sex Love)), Black Bag, Hedda, The Bibi Files y Reflection in a Dead Diamond no han entrado en el corte final... Había que decidir.

Como siempre, hemos respetado la regla de hierro de que las películas deben haberse estrenado este año en salas europeas. Esto significa que, aunque hayamos visto títulos como Marty Supreme, The Secret Agent, No Other Choice, Pillion y Hamnet, lamentablemente no aparecen, ya que su estreno europeo será en 2026.

Así que, sin más, empieza nuestra cuenta atrás hacia la mejor película de 2025 con...

20) Alpha

Quien esperase otra historia de exceso sangriento que te deja atónito de la aclamada directora de Grave (Raw) y la Palma de Oro Titane, puede que viera Alpha como una decepción. En lugar de otro horror corporal desatado, la cineasta francesa Julia Ducournau con su tercer film ahonda más en el alma que en la carne. Siguiendo a Alpha (Mélissa Boros), una niña de 13 años que vive en un mundo polvoriento aún en recuperación tras una epidemia devastadora que hace que los infectados queden sepultados en sus propios cuerpos calcificados, la película es sin duda más opaca que las celebradas predecesoras de Ducournau. Sin embargo, al explorar la relación entre la protagonista adolescente y su madre (Golshifteh Farahani) con la reaparición de su tío adicto (Tahar Rahim), Ducournau crea algo verdaderamente especial. Al hacer coexistir dos líneas temporales, establece de entrada una alegoría sobre la crisis del sida de los años 80; esta se transforma en una meditación a fuego lento sobre el trauma heredado, la aceptación de la muerte y cómo el amor incondicional es el único amor por el que merece la pena luchar. Alpha puede ser la película más divisiva de 2025, quizá la más incomprendida, pero desde luego es una de sus propuestas más infravaloradas. DM

19) Den Stygge Stesøsteren (The Ugly Stepsister)

Este primer largometraje, seguro y memorable, de la cineasta noruega Emilie Blichfeldt reimagina el cuento de Cenicienta a través de los ojos de Elvira (Lea Myren), que hará lo que sea por competir con su hermosa hermanastra Agnes por el afecto del príncipe. Eso incluye operaciones truculentas, tenias y cortes de dedos fieles a los Hermanos Grimm. Por muy tentador que sea compararla con The Substance de Coralie Fargeat (ambas anclan su discurso en la Nueva Ola del terror feminista y comentan las expectativas sociales sobre los cánones de belleza mediante un horror corporal que revuelve el estómago y mucho humor negro), el film de Blichfeldt no debe quedar eclipsado por su vecina de género. Es una ópera prima plenamente formada que anuncia una voz cinematográfica nueva y ambiciosa. DM

18) Affeksjonsverdi (Sentimental Value)

Cuatro años después de que Renate Reinsve ganara la Palma a la mejor actriz por su interpretación en The Worst Person in the World de Joachim Trier, el dúo noruego se reúne para esta tragicomedia que explora las dinámicas familiares disfuncionales y la posibilidad de la reconciliación a través del arte. Es una combinación ganadora, principalmente porque Reinsve es, como siempre, un imán en pantalla. Interpreta a una actriz que ha seguido a medias la senda artística de su padre ausente. Este vuelve a su vida con una propuesta problemática: ha escrito un guion autobiográfico y quiere que su hija interprete el papel de su madre. Tanto Reinsve como Stellan Skarsgård están impecables, y su dinámica en pantalla apuntala los temas del trauma familiar intergeneracional. La única razón por la que Valor sentimental no aparece más arriba en nuestra lista se debe a algunos excesos (y por momentos demasiado literales) en sus desvíos sobre el trauma histórico que distraen del núcleo del film, es decir, la importancia de la ternura ante las verdades complicadas de la vida y la vulnerabilidad necesaria para que las relaciones sanen. Y aunque el desenlace es previsible, el sutil y devastador plano final refuerza la resonancia emocional del film. Sigue siendo una oda conmovedora al esfuerzo honesto y a cómo, en ciertos casos, la vida y el arte pueden converger para crear algo mayor. DM

17) 28 Years Later

Casi un cuarto de siglo después de que 28 Days Later reformulase el cine zombi moderno, Danny Boyle regresa al mundo del virus de la rabia con una secuela que se niega a ir sobre seguro. 28 Years Later, la tercera entrega de la franquicia, es feroz, caótica y a menudo electrizante, pero también resulta, inesperadamente, la más emocional hasta la fecha. Sigue a Spike (Alfie Williams, un talento nuevo y excepcional), un chico de 12 años criado en una isla de mareas que se aventura en el continente infectado, primero con su duro padre chatarrero (Aaron Taylor-Johnson), luego sin él, en un intento desesperado por encontrar al reputadamente loco y coleccionista de cráneos Dr Kelson (Ralph Fiennes), cuya ayuda puede ser su única esperanza para salvar a su madre encamada (Jodie Comer). Visualmente, no se parece a nada de los últimos años: rodada en gran parte con un estilo moderno y dentado de iPhone y montada a un ritmo vertiginoso, con una “cámara de muerte” alucinante que congela, retuerce y se lanza por los momentos de violencia como una versión moderna del 'bullet time' de The Matrix. Pero bajo todo el gore y el espectáculo zombi, Boyle y Alex Garland ensamblan un sorprendentemente tierno y muy conmovedor relato de iniciación sobre el amor, la pérdida y encontrar conexión en un mundo brutal. Y con uno de los finales más intrigantes y genuinamente desquiciados del año, 28 Years Later probablemente te deje con ganas de la entrega del año que viene, The Bone Temple. TF

16) Superman

Declarar Superman el mejor blockbuster del año puede sonar a elogio tibio, considerando la decepcionante competencia de Mission: Impossible – The Final Reckoning, F1, Jurassic World Rebirth y Avatar: Fire And Ash. Aun así, se gana el título con creces, porque este reinicio no teme ser divertido, exuberante y gamberro, elementos que se extirparon de los fallidos retratos de doom-and-gloom de Zack Snyder del Último Hijo de Krypton. James Gunn abraza el espíritu de la era, al parecer, pasada de los cómics camp y te ofrece un Superman (David Corenswet, perfectamente elegido) por el que merece la pena apostar. Incluso introduce un sorprendente comentario social sobre la cultura de la cancelación y los conflictos geopolíticos, y añade a Krypto, robaescenas, para rematar. Esta aventura de ritmo rápido puede estar sobrecargada, pero entiende bien cuán tercos pueden ser los cachorros y que un extraterrestre humanitario para quien “la bondad es punk rock” es precisamente cómo se combate la fatiga del superhéroe. Y los discursos de odio sobre la inmigración. DM

15) Die My Love

Pese a que la mayoría de sus hechos tienen lugar en una granja rural de Estados Unidos, rodeada de bosques abiertos, Die My Love resulta asombrosamente claustrofóbica, como el humo de un incendio que va asfixiando una estancia. Si eso no suena agradable, es porque no lo es: el quinto largometraje de Lynne Ramsay no es un visionado fácil, pero sí extremadamente potente. Sostenida por una imaginería animalista impactante y una interpretación protagonista soberbia de Jennifer Lawrence, explora la caída de una joven en la locura tras dar a luz. Como en otros trabajos de Ramsay, incluidos You Were Never Really Here y Morvern Callar, el trauma se manifiesta en visuales viscerales y poéticos que cuecen y hierven en pantalla, cautivadores y horribles a la vez. A diferencia de Nightbitch de 2024, es una película que se atreve a llevar sus temas incómodos al límite, y construye un retrato furioso, descarnado y ardiente del desgarro femenino que está a la altura de A Woman Under The Influence de John Cassavetes y Possession de Andrzej Żuławski. AB

14) April

April, de la premiada directora georgiana Dea Kulumbegashvili, es una película de la que probablemente muchos no hayan oído hablar, y menos aún visto. Se estrenó en el Festival de Venecia en 2024 y este año solo se ha estrenado en salas selectas. Además, exige un público muy particular, capaz de entregarse a 134 minutos de imágenes desgarradoras y surrealismo divagante, que desembocan en una de las experiencias más audaces y conmovedoras del cine contemporáneo. Retrato de una ginecóloga obstetra con problemas, Nina (Ia Sukhitashvili), que hace abortos ilegales como trabajo extra por la Georgia rural, lanza una mirada fría y clínica a los estigmas sociales, la deshumanización del cuerpo de las mujeres y los sistemas crueles diseñados para hacernos fracasar. Rigurosamente documentada y examinada sin titubeos, la visionaria y experimental propuesta de Kulumbegashvili abraza algo a lo que el cine mainstream parece cada vez más reacio: la incomodidad. AB

13) Ainda Estou Aqui (I’m Still Here)

I’m Still Here de Walter Salles es un puñetazo en el estómago, visceral, devastador e imposible de olvidar. Fernanda Torres ofrece una interpretación extraordinaria como Eunice Paiva, una ama de casa obligada a reinventarse como activista cuando su marido, el exdiputado Rubens, es secuestrado durante la dictadura militar de Brasil en los años 70. El inicio del film se toma su tiempo para sumergirnos en la calidez de la vida familiar, las risas, los libros, el voleibol de playa y las alegrías de Río, antes de que se cuele la sombra de la violencia política y la incertidumbre. Con el uso de película Super-16 y 35 mm, junto a una banda sonora que mezcla Tropicália y una partitura inquietante de Warren Ellis, I’m Still Here logra capturar un dolor tanto íntimo como universal: el dolor de la incertidumbre, el duelo que nunca termina de resolverse. Pero también es una película sobre la memoria, de quienes amamos, de los momentos que hicieron la vida plena y de las tragedias históricas que debemos afrontar para que no se repitan. En un mundo de desinformación, autoritarismos en alza y persecuciones reiteradas de minorías, es un visionado urgente, inquietante y esencial. TF

12) Frankenstein

Para Guillermo del Toro, todo empezó con Frankenstein. Con una emisión casual en televisión de la versión de 1931 de James Whale, protagonizada por Boris Karloff, para ser exactos. Desde entonces, el cineasta mexicano ha quedado fascinado por los monstruos incomprendidos, y ha construido una filmografía de joyas empapadas de gótico como Crimson Peak y El laberinto del fauno. Ahora, por fin ha hecho su propia versión de la novela clásica de Mary Shelley, y a diferencia de la criatura, está lejos de ser horrenda. De hecho, cada plano se siente como entrar en un cuadro, con el director de fotografía Dan Laustsen haciendo que las escenas naden en una pócima de color profundo y luz de pincelada. Los decorados y el diseño de vestuario alcanzan un nivel de artesanía y detalle raramente visto en una era de CGI; desde el collar de escarabajo iridiscente de Lady Elizabeth (Mia Goth) hasta el barco de expedición ártica a tamaño real construido desde cero. Aunque la historia quizá adopta un enfoque demasiado literal del material de origen, sigue siendo un espectáculo mágico que desprende fantasía y corazón. "Al buscar la vida, creé la muerte", lamenta Víctor Frankenstein. Al buscar satisfacer sus aspiraciones creativas, del Toro ha creado arte que avivará la imaginación de incontables espectadores, como una versión de la historia hizo una vez con él. AB

11) Bugonia

Tras someterla a un rifirrafe nobiliario (The Favourite), una fábula fantástica (Poor Things) y un tríptico infravalorado y demente (Kinds Of Kindness), Yórgos Lánthimos convierte a Emma Stone en objeto de sospecha cósmica en su primer remake, el de Save The Green Planet! (2003) del surcoreano Jang Joon-hwan. Interpreta a Michelle, una alta ejecutiva farmacéutica secuestrada por dos conspiranoicos (Jesse Plemons y Aidan Delbis) que se han entregado al 'doomscrolling' hasta creer que es una alienígena. Y quieren una confesión. Es un tensísimo y sombríamente divertido ejercicio de ciencia ficción en clave de cámara que termina revelándose como una sátira inquietantemente pertinente de la psique estadounidense contemporánea y una acusación más amplia de nuestra época. Aunque el remate pueda ser previsible, especialmente para quien haya visto la original, el acto final, grotesco e impresionantemente doliente, convierte Bugonia en la comedia de mal cuerpo de 2025. Aviso: los terraplanistas pueden sentirse reivindicados. DM

10) O Último Azul (The Blue Trail)

La distopía brasileña de Gabriel Mascaro, O último azul (The Blue Trail), se sitúa junto a I’m Still Here de Walter Salles y The Secret Agent de Kleber Mendonça Filho (habrá más sobre esta el año que viene) entre las mejores exportaciones del cine brasileño de 2025. Protagonizada por Denise Weinberg como Tereza, una mujer mayor que desafía al aparentemente benévolo Gobierno que ha decretado que las personas de más de 75 años deben ser enviadas a una residencia remota llamada la Colonia, el director, en lugar de sobreactuar su baza orwelliana (el control de población del régimen autoritario podría haber derivado en algo muy Soylent Green), construye una imprevisible road movie que funciona también como parábola contra el edadismo. Tan conmovedora en su poesía surreal como provocadora como advertencia sobre la marginación de los mayores, The Blue Trail es un grito de alarma oportuno y atemporal. DM

9) Ṣawt Hind Rajab (The Voice of Hind Rajab)

El 29 de enero de 2024, Hind Rajab, de 5 años, hizo una llamada de auxilio a los servicios de emergencia de Palestina. La niña palestina estaba atrapada en un coche junto a los cadáveres de sus familiares, única superviviente de un ataque israelí en Gaza. Suplicó ayuda mientras los tanques de las Fuerzas de Defensa de Israel se acercaban, con los voluntarios de la Media Luna Roja Palestina tratando de calmarla y enviar una ambulancia a su ubicación. Como en su película nominada al Oscar Four Daughters, la cineasta tunecina Kaother Ben Hania fusiona documental y recreaciones dramáticas; utiliza las grabaciones reales de la llamada de Rind Hajab y dramatiza la respuesta de los equipos de emergencia. Oímos la crueldad de los hechos reales y vemos una versión ficcionada del intento de rescate. Que fracasó, como confirmaron y documentaron The Washington Post y el Euro-Mediterranean Human Rights Monito, al constatar que las FDI acribillaron el coche con 355 balas y mataron a dos paramédicos que acudían al rescate de la niña. Irritante y urgente en fondo y forma, The Voice of Hind Rajab ganó este año el León de Plata en Venecia, y con justicia. Pese a algunos pequeños tropiezos en el manejo de ciertos golpes emocionales, es un docudrama que no solo muestra las consecuencias de una campaña genocida, sino que se erige como una elegía devastadora a una niña inocente a la que robaron su derecho a vivir. DM

8) Weapons

Este año nació un icono cinematográfico en forma de la tía Gladys, la bruja que cruje ramas del retorcido cuento de Zach Cregger. Interpretada con excéntrico brío por Amy Madigan, su peluca roja, el pintalabios corrido y los dientes de encía entraron de inmediato en el canon de los monstruos legendarios. Pero más allá de los disfraces de Halloween y las parodias de TikTok que ha inspirado, Weapons es uno de los horrores más afilados, oscuros y divertidos que hemos visto en mucho tiempo. Lo que comienza como un misterio de pueblo sobre 17 niños que de repente desaparecen una noche, se desenvuelve en una fábula sobrenatural y bombástica que subierte todas las expectativas. Con capas de imágenes inquietantes, alegorías políticas y absurdo cómico, Cregger manipula el tono con maestría dentro de una estructura en tres actos para provocar sobresaltos en cada giro. Más aún, es una película a la que le encontrarás nuevos significados con cada visionado; teorías que te mantienen despierto a las 02:17 con un gorro de ducha puesto (por si alguien se cuela y te corta unos mechones). AB

7) The Brutalist

The Brutalist es una película larga, tres horas y media, con un intermedio misericordioso, pero el director Brady Corbet aprovecha cada minuto. Adrien Brody firma una interpretación que define su carrera (y ganadora del Oscar) como Laszlo, un arquitecto judío que sobrevive al Holocausto y se traslada a la América de posguerra con la esperanza de empezar de nuevo junto a su esposa Erzsebet (Felicity Jones). Lo que empieza como una historia de inmigración y reinvención crece hasta convertirse en una exploración descomunal del trauma, la ambición y las fuerzas invisibles que moldean nuestras vidas. Laszlo afronta obstáculos sistémicos y traiciones muy personales, desde el taciturno cliente Harrison Lee Van Buren (Guy Pearce) hasta los muchos desafíos de construir una carrera manteniendo sus valores. Una fotografía deslumbrante y el diseño de producción modernista, una partitura atronadora de Daniel Blumberg y interpretaciones secundarias afiladas elevan The Brutalist a algo monumental. Exigente en lo emocional y dura para la vejiga, sí, pero profundamente gratificante, y una de las propuestas más ambiciosas de los últimos años. TF

6) Sinners

Como demuestra el resto de esta lista, ha sido un gran año para el terror. Hasta el punto de que algunas de nuestras elecciones a mitad de año, como Bring Her Back, Together y Presence, no llegaron al corte de fin de año. Pero nada ha dejado una huella tan grande como Sinners de Ryan Coogler. La historia de dos hermanos gemelos (ambos interpretados por Michael B. Jordan) que utilizan su dinero de mafiosos para abrir un 'juke joint' en su ciudad natal de Misisipi durante la era Jim Crow se cuece a fuego lento, de forma subversiva, hasta convertirse en una pesadilla vampírica. Es un mal agitado por el talento del joven músico Sammie (Miles Caton), cuyos ardientes blues atraen al chupasangre Remmick (Jack O’Connell). Una mezcla innovadora de contexto histórico y tropos del género, Sinners no solo es una poderosa alegoría sobre la apropiación cultural, sino también una catarsis vertiginosa. Guiada por el ritmo y el dolor, abrasa con la intensidad emocional del quejido de una cuerda de guitarra, hundiendo su furia bajo la piel como una boca de colmillos. ¡El cine no se vuelve más emocionante que esto! AB

5) Nickel Boys

Nickel Boys de RaMell Ross es una de las películas más ambiciosas y emocionalmente devastadoras de los últimos años, una valiente reimaginación de cómo puede ser y sentirse el cine histórico. Inspirándose en la novela ganadora del Pulitzer de Colson Whitehead y en los abusos reales en el reformatorio Dozier School for Boys de Florida, cuenta la historia de Elwood (Ethan Herisse) y Turner (Brandon Wilson), dos adolescentes afroamericanos atrapados en un violento reformatorio durante la era Jim Crow. Ross, trabajando con el director de fotografía Jomo Fray, rueda el film predominantemente en primera persona, colapsando la distancia entre espectador y sujeto y obligándonos a experimentar el miedo, la confusión y los fugaces momentos de esperanza desde los propios ojos de los chicos. Y en lugar de recurrir a la violencia gráfica, Ross deja que la atmósfera, la memoria y la ausencia hagan el trabajo, haciendo que los horrores se sientan mucho más reales. Elevada por interpretaciones poderosas, una brillante partitura ambiental y un diseño sonoro cuidadoso, Nickel Boys es imprescindible, de esas películas que se quedan contigo mucho después de que terminen los créditos. TF

4) It Was Just An Accident

La primera película del cineasta iraní disidente Jafar Panahi desde su puesta en libertad tras ser encarcelado por “poner en peligro la seguridad nacional” ganó la Palma de Oro de este año. Y con razón. It Was Just An Accident sigue a un grupo de ex presos políticos que buscan confirmar que el hombre al que uno de ellos secuestró impulsivamente es el sádico que los torturó en la cárcel. Informada por el propio encarcelamiento de Panahi por parte del Gobierno iraní y rodada en secreto para evitar la censura, este drama de secuestro es una obra maestra tonalmente rica y sorprendente. Es un thriller absorbente que explora las consecuencias de la tortura, el precio de la venganza y si la misericordia es posible. Panahi también inyecta con maestría humor negro e incluso elementos de slapstick para construir un viaje satírico por carretera que critica la represión de la República Islámica y funciona como comentario intemporal sobre los pecados del despotismo de Estado. Además, ofrece la escena final más ingeniosa y pasmosa de 2025: un plano secuencia que utiliza el sonido con efecto devastador. Tras The Seed of the Sacred Fig del año pasado y My Favourite Cake, It Was Just An Accident nos recuerda una vez más que el trabajo deslumbrante de los cineastas iraníes no debe darse por sentado por parte del público, que tiene el privilegio de poder disfrutar de creadores que literalmente lo arriesgan todo por su arte. Prueba de ello: Panahi podría ser encarcelado de nuevo por hacer esta misma película. Ojalá esté en los Oscar el año que viene, ya que su película representará a Francia. Crucemos los dedos por un premio. DM

3) Sorda (Deaf)

Sorda (Deaf) es la bellísima y palpitante segunda película de la cineasta española Eva Libertad. Cuenta la historia de una pareja con capacidades distintas: una mujer sorda, Ángela (Miriam Garlo), y su pareja oyente, Héctor (Álvaro Cervantes). Están esperando un hijo y no saben si el bebé será sordo u oyente. Cada posibilidad puede afectarles como pareja, como futuros padres y como individuos que desean compartir sus miradas del mundo. Deaf trata la crianza y las pruebas de la maternidad, y destaca por su retrato del amor. Al tomarse el tiempo de presentar al público una pareja que se quiere y su red de amigos que los apoyan, Libertad logra que la audiencia se entregue por completo al bienestar de sus protagonistas. Su película afronta con gloria emociones complejas y la soledad que deriva de la discriminación institucional. Por encima de todo, hace justicia a una comunidad específica y aun así consigue que sus temas sobre la importancia de la comunicación y encontrar tu comunidad se sientan universales. Es de esas raras películas que te llena el corazón, lo rompe y después lo recompone, todo sin caer en el melodrama. Un triunfo. DM

2) Sirāt

Paisajes desérticos, juerguistas polvorientos y un padre y un hijo en la búsqueda de su hija y hermana desaparecida mientras el mundo a su alrededor se derrumba. La película de Óliver Laxe, ganadora del Premio del Jurado en Cannes, te cambia, su surrealismo abrasado te lleva a una odisea espiritual poética y sombría. También se resiste a explicaciones coherentes, es más bien una atmósfera viscosa, velada por el techno, que hierve y se expande de formas inesperadas. Lo que empieza como el viaje de una familia con un grupo de ravers anarquistas desciende rápido a una pesadilla sin horizonte llena de turbulencia política y duelo explosivo. En un momento en que el futuro da más miedo que nunca, la textura de Laxe sirve de recordatorio de la fina línea entre el deseo y la desesperación, de las maneras en que hay que atravesar una para llegar a la otra. Y pese a sus horrores (el tramo final es una de las secuencias más tensas que ha dado el cine), hay un extraño optimismo en el núcleo de Sirāt: si seguimos avanzando en medio del caos, queda la esperanza. AB

1) One Battle After Another

Inspirada libremente en la novela contracultural posmoderna 'Vineland' de Thomas Pynchon, la décima película de Paul Thomas Anderson responde a la pregunta: "¿Y si dejáramos a uno de los cineastas más talentosos de su generación un presupuesto de blockbuster y le permitiéramos rodar hasta la extenuación un cruce entre The Big Lebowski y Taken?"

Centrada en un revolucionario desaliñado (Leonardo DiCaprio) obligado a salir de su retiro cuando un enemigo del pasado (Sean Penn) amenaza a su hija (Chase Infiniti) para reavivar una vieja rencilla, One Battle After Another emociona por lo inclasificable que es. Es un thriller paranoico, una disparatada aventura fumeta, una farsa satírica sobre las estructuras de poder, la radicalización y el idealismo, una mirada oportuna a Estados Unidos dividido y sus excesos supremacistas, un alegato intemporal contra el dogmatismo... Por encima de todo, es la historia de un padre en albornoz que decidió aparcar su vocación revolucionaria por su hija. Está teniendo un día terrible y hace todo lo posible por proteger a su adolescente de heredar su pasado, intentando dejarle un mundo mejor.

Hay mucha película aquí, pero en ningún momento se le escapan las riendas a Anderson. Sus esfuerzos se ven galvanizados por un reparto en estado de gracia, con Teyana Taylor y la recién llegada Chase Infiniti brillando, además del sobresaliente trabajo de Jonny Greenwood en la partitura.

Reconforta ver que aún hay estudios dispuestos a dar libertad creativa y respaldar un cine tan audaz como entretenido, que sobre el papel puede sonar a locura. Así que, Viva la Revolución, abajo los Aventureros de Navidad, y que empiece la temporada de premios. Apostamos a que One Battle After Another arrasará hasta la gloria de los Oscar, con unos votantes que reconocerán que este nuevo clásico de PTA merece todos los galardones. DM

Ahí queda.

¿Qué os parece y hemos pasado por alto vuestra película favorita del año?

Quizá esté en nuestro informe de mitad de año, la lista de Las mejores películas de 2025... Hasta ahora. O quizá estaba en nuestra lista de Las mejores películas de 2024, porque las fechas de estreno varían según el territorio.

Si no, contádnoslo, os leeremos y esperamos enmendarlo. Eso sí, no nos digáis que Mission: Impossible - The Final Reckoning fue un cierre triunfal de la franquicia o que The Phoenician Scheme está a la altura de lo mejor de Wes Anderson. Nos reiremos en vuestra cara.

Echad un vistazo al resto de la serie Best Of 2025 de Euronews Culture, con nuestros Mejores álbumes del año, las tendencias de 2025 y las exposiciones de arte que nos han hecho el año.