Políticos y expertos advierten sobre la influencia que el negacionismo de la extrema derecha podría tener sobre las ambiciones europeas en la lucha contra el cambio climático
Por octava semana consecutiva, los estudiantes belgas se han movilizado por el clima. Esta vez en la ciudad de Amberes, donde han desfilado cerca de 3000 jovenes a los que se ha sumado la joven activista sueca Greta Thunberg.
Este respaldo popular choca con el auge de los movimientos populistas, que están cuestionando el cambio climático.
Según Jo Leinen, eurodiputado socialista alemán, muchos de estos partidos rechazan al mismo tiempo los argumentos de la ciencia y de la Unión Europea. "Es una combinación de ambos", afirma. "No aceptan que el cambio climático es el resultado de la acción del hombre y no aceptan una intervención transnacional a nivel europeo para tener una política climática".
Si los partidos de extrema derecha refuerzan su presencia en el próximo Parlamento Europeo, tal y como indican los sondeos, podrían socavar las ambiciones comunitarias. El centro de estudios Adelphi ha corroborado esta tendencia en un estudio en el que analiza el programa electoral de 21 partidos populistas y de extrema derecha.
"Tienen una posición muy clara y el peligro radica en que podrían influir en los partidos principales que podrían ponerse a la defensiva y volverse más conformistas", afirma Leinen. "Así pues no solo debemos observar a los negacionistas, también debemos vigilar la influencia que podrían tener en otros partidos políticos a nivel europeo".
En este contexto, las organizaciones ecologistas cuentan con la energía y el alto nivel de compromiso de los jóvenes para mantener la presión sobre los políticos.