En Rishtan (Uzbekistán), la tierra roja se convierte en arte. Maestros y aprendices elaboran piezas únicas con esmaltes naturales y preservan una tradición atemporal.
La ciudad uzbeka de Rishtan, en el valle de Ferganá, es famosa por su tradición viva de la cerámica.
Con la tierra roja bajo los huertos, los artesanos siguen métodos ancestrales y solamente utilizan materiales naturales.
Maestros y aprendices trabajan codo con codo y conservan las técnicas transmitidas de generación en generación. Cada pieza es única y se decora con azul cobalto, verde cobre y marrón hierro. En la actualidad, talleres y festivales atraen a visitantes de todo el mundo, lo que convierte a la cerámica de Rishtan no solo en una artesanía, sino también en una piedra angular del turismo cultural en Uzbekistán.