¿No hay mar? No hay problema. Desde cascadas a lagos y balnearios, Serbia atrae con tesoros ocultos que esperan ser explorados.
Enclavado en el este de Serbia, Krupajsko Vrelo es un manantial natural cuyas aguas cristalinas forman piscinas turquesas rodeadas de naturaleza virgen.
Cerca de allí, una de las cuevas más antiguas de Serbia, la cueva de Resavska, revela un laberinto de estalactitas y estalagmitas esculpidas a lo largo de millones de años.
En el corazón de un bosque de carpes, las aguas termales de Vrnjačka Banja ofrecen un entorno tranquilo. Combinando antiguas tradiciones balnearias con la belleza natural de la zona, es una auténtica escapada para empaparse de la naturaleza.