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Serbia y la Unión Europea: entre la integración, la dependencia de Rusia y las tensiones regionales

ARCHIVO: Un miembro de la guardia de honor serbia junto a una bandera europea antes de la visita de la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en Belgrado, 15 de octubre de 2025.
ARCHIVO: Un miembro de la guardia de honor serbia junto a una bandera europea antes de la visita de la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en Belgrado, 15 de octubre de 2025. Derechos de autor  AP Photo
Derechos de autor AP Photo
Por Euronews Srbija
Publicado Ultima actualización
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Serbia mantiene su empeño en ingresar en la Unión Europea, pero el estatus no resuelto de Kosovo, el descenso del apoyo público y las rivalidades regionales siguen obstaculizando su avance.

El camino de Serbia hacia la Unión Europea comenzó en enero de 2001, cuando los partidos proeuropeos ganaron las elecciones parlamentarias tras la caída de Slobodan Milošević en octubre del año 2000. En aquel momento, algunos observadores llegaron a especular con que la República Federativa de Yugoslavia, que dejaría de existir en 2006 tras la retirada de Montenegro, podría ingresar en la UE ya en 2007.

La realidad pronto resultó más complicada. Kosovo, bajo administración de la ONU tras la guerra de 1999, forma parte legalmente de Serbia en virtud de la Resolución 1244 de la ONU. Declaró su independencia en 2008, una decisión que Serbia no reconoce.

Mucho antes de firmar el Acuerdo de Estabilización y Asociación (AEA) y obtener el estatuto de candidato a la UE en 2009, Serbia ya se enfrentaba a múltiples retos. El país ha luchado por cooperar con el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) de La Haya, ha sufrido un colapso económico y se ha enfrentado a una insurgencia separatista de etnia albanesa en las regiones meridionales de Bujanovac y Presevo.

A pesar de estos obstáculos, el país emprendió un camino a largo plazo hacia la integración europea, un objetivo que sigue siendo central en la estrategia política de Serbia en la actualidad.

Del optimismo inicial al descenso del apoyo

A principios de la década de 2000, más del 70% de los serbios apoyaba la integración en la UE. En la actualidad, sin embargo, esa cifra ha caído alrededor del 40%. El entusiasmo público ha caído, pero los dirigentes políticos siguen defendiendo la vía europea.

El primer ministro Duro Macut subrayó que la orientación europea de Serbia no es sólo una prioridad estratégica, sino también la promesa de una vida mejor para los ciudadanos. "El futuro europeo de Serbia no es sólo un objetivo político, sino también una garantía de mayor desarrollo, progreso y una vida mejor para nuestros ciudadanos", declaró Macut a 'Euronews Serbia'.

"El Gobierno ha seguido aplicando medidas de reforma y modernizando sus instituciones, señalando a Bruselas que Serbia se toma en serio sus compromisos", añadió. Macut destacó además que Serbia ha alcanzado un 61% de alineación con la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, lo que subraya un progreso tangible aunque deja margen para nuevas reformas.

Más allá de la armonización política y jurídica, la seguridad energética sigue siendo un punto crítico. Serbia trabaja para garantizar un suministro estable de gas, petróleo y electricidad, cooperando estrechamente con sus socios regionales, entre ellos Hungría.

"Serbia debe mantener una completa independencia y estabilidad energéticas, incluso en condiciones internacionales complejas", declaró Macut. Este doble interés por la alineación europea y la resistencia energética refleja la estrategia más amplia de garantizar tanto la credibilidad internacional como la estabilidad interna.

Debates sobre la ampliación de la UE

Al mismo tiempo, Bruselas ha estado debatiendo un nuevo modelo de ampliación: la adhesión parcial, en la que los nuevos países podrían ingresar sin pleno derecho de voto. La idea ha desatado la polémica en los Balcanes Occidentales. El primer ministro montenegrino, Milojko Spajić, rechazó de plano la propuesta, subrayando que la soberanía no puede verse comprometida.

Su homólogo croata, Andrej Plenković, también expresó sus reservas, preocupado por que la eventual adhesión de Serbia pudiera desplazar la influencia institucional dentro de la UE. "Croacia no vería con buenos ojos la entrada de Serbia en la UE, ya que reforzaría su posición en las instituciones comunitarias", declaró Slobodan Zecević, del Instituto de Estudios Europeos (IES), con sede en Belgrado.

Mientras tanto, Bosnia y Herzegovina sigue rezagada, descrita por Amil Ducić, director del medio de comunicación 'Fokus', con sede en Sarajevo, como el "peor alumno" de la región en lo que respecta a la integración en la UE. Estos debates ponen de relieve el delicado equilibrio entre la ambición política, la dinámica regional y la propia capacidad de la UE para absorber nuevos miembros.

El camino de Serbia

Nemanja Starović, ministro serbio de Integración Europea, reconoció la creciente impaciencia de la opinión pública ante la lentitud de la adhesión. "A pesar del descontento, renunciar a la integración en la UE sería un error. La adhesión a la UE es de interés nacional para Serbia", dijo a 'Euronews'.

Los analistas sugieren que Serbia podría estar lista para la adhesión en 2030, aunque quedan varios obstáculos. Los obstáculos políticos, las rivalidades regionales y la dependencia energética de Rusia siguen complicando el camino. "Es muy difícil para nosotros vivir sin el gas ruso. Existen alternativas, pero por ahora dependemos en gran medida de Rusia", afirmó Zecević.

Aunque se ha propuesto la adhesión parcial como solución temporal, muchos expertos la consideran un parche que corre el riesgo de socavar el principio de igualdad de condiciones de todos los miembros de la UE.

En el pasado, la ampliación ha demostrado que los primeros en adherirse pueden bloquear a sus vecinos: Eslovenia bloqueó a Croacia, Croacia bloquea ahora a Serbia y Bulgaria bloquea a Macedonia del Norte. Montenegro y Albania parecen los más preparados para la adhesión en 2030, lo que les otorga mayor simpatía en la UE.

"La UE es actualmente la que más simpatía tiene por Montenegro y Albania", dijo Zecević. "Una adhesión parcial no haría más que retrasar la reforma institucional". Las rivalidades regionales, los retos políticos internos y cuestiones sin resolver como Kosovo siguen marcando la trayectoria de los Balcanes Occidentales en la UE, por lo que la adhesión es tanto un objetivo a largo plazo como un delicado empeño estratégico.

Este artículo ha sido redactado en exclusiva para 'Euronews' por nuestra filial 'Euronews Serbia', antes de nuestra emblemática Cumbre sobre la Ampliación de la UE del 4 de noviembre, que se retransmitirá en directo y en YouTube.

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