En los últimos años, sus comunidades remotas han lanzado varias iniciativas con la esperanza de reforzar poblaciones en declive y economías deprimidas.
En marzo de 2024, Bianca Fontana se subió a un avión desde Australia para pasar tres semanas en Cerdeña. Durante el viaje se replanteó su vida de forma radical.
Fontana compró una casa, completó buena parte del papeleo y sentó las bases para mudarse al otro lado del mundo a la isla italiana.
El interior de Cerdeña, como muchas zonas rurales de Italia, sufre un grave declive demográfico.
En los últimos años, sus comunidades remotas han puesto en marcha varios programas con la esperanza de apuntalar sus menguantes poblaciones y economías alicaídas.
Aquí explicamos cómo una extranjera inició una nueva vida en un pueblo de 2.500 habitantes y qué proyectos siguen abiertos para quienes se animen a seguir sus pasos.
Me mudé a un pueblo sardo de 2.500 habitantes
Fontana, de ascendencia italiana, hace que el proceso de comprar una casa al otro lado del mundo parezca pan comido.
“Sinceramente, el mayor reto fue decir que sí, tomar la decisión, porque puede dar vértigo”, dice.
“No había previsto ser propietaria en mi vida, he vivido en el extranjero y viajado mucho, nunca me quedaba más de cinco años en un mismo lugar, así que lo que más me asustaba era comprometerme con algo.”
La compra en sí fue relativamente sencilla, explica. Durante sus tres semanas en Cerdeña eligió la vivienda y otorgó un poder al perito.
Unas semanas después de volver a Australia, se completó la documentación y Fontana cerró la operación con una transferencia bancaria.
Cuando volvió a la isla, su abogado la esperaba con las llaves.
Cerdeña saca al mercado casas vacías por 1€
Los pueblos y aldeas rurales de Cerdeña languidecen. La mayoría de los 1,57 millones de habitantes de la isla, frente a 1,64 millones hace tres décadas, vive en sus ciudades costeras como Cagliari, Sassari y Alghero.
En el interior hay decenas de casas desocupadas.
Con los más jóvenes marchándose en masa a los núcleos urbanos, las comunidades rurales han optado por otra vía para repoblar sus viviendas abandonadas.
Municipios como Ollolai y Nulvi han intentado atraer a italianos de la península y a extranjeros con ofertas de casas tan baratas como un café.
Desde entonces, las autoridades sardas han puesto en marcha medidas contra la despoblación en toda la isla que conceden hasta 15.000€ a quienes se muden a un pueblo de menos de 3.000 habitantes para comprar o rehabilitar una vivienda, siempre que residan allí al menos cinco años.
No es una cantidad desdeñable si se tiene en cuenta que hay un sinfín de casas baratísimas que ni siquiera forman parte de estos planes de venta.
Fontana compró su casa por 30.000€. Señala que hacía falta bastante reforma para hacerla habitable, incluida la reparación del tejado y de una pared interior muy dañada por el agua.
Pudo acogerse al programa de incentivos a la rehabilitación. Completar el complejo papeleo puede intimidar a un extranjero, pero Fontana dejó que el perito se encargara de todo.
“La aprobación llegó quizá en seis meses [desde la presentación] y luego me avisaron de que el dinero estaba listo unos seis meses después, así que tardé un poco más de un año en recibirlo”, dice.
Los planes de Fontana para el futuro pasan por dejar a la vista las paredes de piedra de la planta baja, añadir un par de baños más, instalar por fin una cocina y poner un sistema de calefacción.
Aun así, su estimación aproximada de 100.000€ para las obras es considerablemente más asequible que cualquier cosa equivalente que, dice, habría encontrado en Australia.
Cerdeña ofrece incentivos por tener hijos
El paquete contra la despoblación no busca solo recuperar viviendas, sino también incrementar la población a largo plazo y apuntalar las economías.
La natalidad en Cerdeña está por los suelos. Tiene la cifra más baja de Italia, ya de por sí una de las más bajas de la UE, con 0,91 hijos por mujer.
Para mantener estable una población, la media debe situarse en torno a 2,1 hijos por mujer.
Por ello, parte del paquete de incentivos regional incluye una ayuda mensual de 600€ por el primer hijo y de 400€ por cada siguiente hasta que cumplan cinco años.
En el ámbito económico, se pueden recibir hasta 20.000€ para poner en marcha un negocio en un municipio de menos de 3.000 habitantes que genere empleo local.
¿Lograrán los residentes extranjeros sacar a la Cerdeña rural del borde del abismo?
Quizá haya algo menos tangible que actúa como poderoso imán para quienes llegan a la isla.
Quienes viven en sociedades aceleradas y frenéticas alrededor del mundo pueden ver en la Cerdeña rural un refugio de vida pausada, comunidades muy unidas e inmersión en la naturaleza.
El auge del trabajo a distancia y de los visados para nómadas digitales hace que mudarse al extranjero sea ahora una opción especialmente viable.
“Creo que la situación de los países más ricos ya no atrae a muchos”, dice Fontana.
“La gente quiere escapar de la vida acelerada, encontrar una forma de vida más tranquila y en contacto con la naturaleza, así que busca soluciones en internet y encuentra canales de YouTube como el mío y, poco a poco, reúne el valor para mudarse.”
Añade que, aunque no tiene previsto tener hijos, compartir su experiencia en internet con otros y asesorar a quienes se interesan por dar un paso similar “puede ser igual de eficaz para traer savia nueva a este lugar”.