Un cable submarino perteneciente al proveedor sueco de servicios de telecomunicaciones Arelion también resultó dañado al paso del buque.
Un cable submarino de comunicación entre Estonia y Finlandia resultó dañado en el Golfo de Finlandia el miércoles por la mañana. La empresa estonia de telecomunicaciones Elisa declaró que la avería se descubrió hacia las cinco de la mañana.
La guardia costera finlandesa detuvo posteriormente a un buque sospechoso de haber dañado el cable. Según el diario finlandés 'Helsingin Sanomat', que citó fuentes policiales, el buque, de nombre Fitburg, se encuentra frente a la costa de Porkkala y las autoridades finlandesas lo abordaron desde un helicóptero. En la operación también participaron buques. Según un comunicado oficial de los guardacostas, se encontró la cadena del ancla del buque en el agua.
Según Marinetraffic, el buque, con bandera de San Vicente y las Granadinas, una pequeña nación insular del mar Caribe, zarpó de San Petersburgo el martes y se dirigía a Israel. La Policía finlandesa ha abierto una investigación penal. "Hay indicios tan fuertes de delito que se ha superado el umbral para una investigación preliminar y he ordenado la apertura de una investigación", declaró el fiscal general adjunto Jukka Rappe al diario 'HS'.
El presidente finlandés, Alexander Stubb, ha declarado que Finlandia está preparada para diversos retos de seguridad y responde a ellos según sea necesario.
Otro cable resultó dañado a las cinco de la madrugada del miércoles 31 de diciembre. Según el Ministerio de Justicia y Tecnología Digital estonio, pertenecía al proveedor sueco de servicios de telecomunicaciones Arelion. Ambos cables dañados se encuentran en la trayectoria del buque detenido.
Este tipo de incidentes se han hecho más frecuentes en la región del mar Báltico desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, lo que ha llevado a los países de la OTAN a intensificar las patrullas para proteger las infraestructuras contra actos de sabotaje sospechosos de Rusia. El año pasado, un petrolero de la 'flota fantasma' rusa dañó el gasoducto submarino Balticconnector y las líneas energéticas Estlink2 en el golfo de Finlandia.