En la región de El Bierzo, en León, el pequeño pueblo de Lusio quedó reducido a cenizas el 17 de agosto después de que las llamas provocadas por vientos secos arrasaran sus hogares centenarios. Los residentes, evacuados en cuestión de horas, regresaron para encontrar solo cenizas, escombros y silencio donde una vez estuvo su comunidad.
Más de 20 incendios importantes siguen ardiendo en Galicia, Castilla y León, y Extremadura. Miles de bomberos, apoyados por refuerzos de Francia, Italia, Eslovaquia y los Países Bajos, están luchando contra las llamas en condiciones extremas.
La Policía ha detenido a 23 sospechosos por presunto incendio provocado mientras aumenta la presión sobre las autoridades por los fallos en la prevención de incendios, algo que los científicos vinculan al empeoramiento de las condiciones climáticas.
