Mike Tyson: "El boxeo es solo una pequeña parte de la vida, cuando acaba queda mucho por delante"

Mike Tyson: "El boxeo es solo una pequeña parte de la vida, cuando acaba queda mucho por delante"
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Por Euronews
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Mike Tyson conoce las luces y las sombras del éxito. Tras una fulgurante carrera que le convirtió en uno de los mejores boxeadores de la historia, se derrumbo y cayó a la lona. Desde entonces, ha conseguido levantarse y ha intentado alejarse de la controversia y dar un nuevo vuelco a su vida en el mundo del espectáculo.

  • Mike Tyson nació el 30 de junio de 1966 en un vecindario pobre de Brooklyn, Nueva York
  • Tuvo una infancia difícil y estuvo en un reformatorio donde aprendió a boxear
  • Tyson se convirtió en un prometedor boxeador y Cus D'Amato fue su entrenador y mentor
  • En 1986 Tyson logró ser el campeón de los pesos pesados más joven de la historia, perdiendo el título en 1990
  • Tyson fue encarcelado en 1992 por violación y salió de prisión tres años más tarde
  • Desde entonces se ha dedicado al negocio del espectáculo y ha escrito una biografía

Euronews: Mike Tyson, gracias por estar con nosotros en Global Conversation. Está aquí para presentar su monólogo ‘La indiscutible verdad’, en el que cuenta los altibajos de su vida. Al escucharlo se tiene la impresión de que quiere dejar las cosas claras. ¿Es así?

Mike Tyson: No sé si estoy dejando las cosas claras. Estoy hablando a la gente sobre cosas de las que saben bastante, simplemente contándoles la historia subyacente sobre todo esto y no creo que esté intentando dejar las cosas claras.

E: ¿Está interesado en la opinión pública sobre usted cuando hace esto o no le importa en absoluto?

M.T.: No, solo quiero entretener a la gente.

E: ¿Qué es lo que le hace bueno en el escenario? ¿Es su experiencia como boxeador la que se traslada de forma positiva a las tablas?

M.T.: Creo que es mi experiencia como boxeador y mi experiencia de estar ante una gran cantidad de gente lo que me da confianza para actuar en el escenario.

E: ¿Le da energía?

M.T.: Sí, muchísima energía. Pero realmente no importa. Haría lo mismo tanto delante de 20.000 personas como de dos.

E: ¿Cómo mide el éxito?. Porque en el pasado lo hacía según la cantidad de rivales que noquease. ¿Es ahora importante para usted?

M.T.: No sé. Como seres humanos, el éxito es importante para todos, como para usted en su trabajo. Es importante que haga una buena entrevista, que sea aplaudida en su profesión, como yo lo fui en la mía. En todos los terrenos, la gente quiere ser reconocida por sus logros y por su duro trabajo, así que sí, a mí también me gusta.

E: Hemos pedido a nuestra audiencia en la red que nos envíe preguntas, estamos inundados, y hemos recibido una de alguien que se hace llamar Adriel Moodley que nos pregunta, y creo que es algo que también se pregunta mucha gente, ¿por qué se puso a hacer monólogos?. Sé que no todo es una comedia cuando habla de las partes más duras de su vida pero, ¿cómo llegó hasta aquí?

M.T.: Vi a un actor en Estados Unidos que se llama Chazz Palminteri, un gran intérprete, que hizo una película que se llamaba ‘Una historia del Bronx’. Y esa noche en particular le vi hacer la película entera en el escenario y, siendo la película un gran éxito, creo que lo hacía mejor en el escenario. Cautivó a todo el mundo, unas 8.000 o 9.000 personas, y no podías escuchar nada más que su voz. Pensé que era una sensación increíble y quería ser capaz de hacerlo.

E: He leído su autobiografía y he visto su espectáculo, en el que ha tenido que dejar algunas partes de su vida fuera. ¿Podría haber una segunda parte de ‘La indiscutible verdad’?

M.T.: Claro, tenemos que hacer otro show, pero es que ‘La indiscutible verdad’ me está ocupando todo el tiempo, con muchas peticiones para el espectáculo, de las que estoy muy agradecido. No puedo decirlo, pero a veces deseo que todo se calme un poco para que tengamos la oportunidad de estrenar nuestro siguiente espectáculo, que también es increíble.

E: Cuéntenos algo.

M.T.: Es como ‘La indiscutible verdad’ pero se llama ‘Adicto al caos’, más sobre los años locos. Y habla de muchas cosas de las que no he podido decir nada en el primer show.

E: ¿Puede decirnos algo más?

M.T.: En un incidente particular, estaba siendo entrevistado por un reportero, muy delicado, un caballero blanco, muy frágil, y cuando vino a entrevistarme había alguna gente provocándole. Ya sabe, algunos boxeadores, algunos chicos fuera del gimnasio llamándole de todo. Así que cuando estaba hablando con él, y fue una gran entrevista, me aseguré de que los tipos dejaran de humillarle. Era la festividad musulmana, el Ramadán, así que llevaba mis ropas musulmanas, tenía el Corán y les dije: “dejen en paz a este hombre, es un ser humano, merece que se le trate con respeto”. Así que seguí con la entrevista y unas dos semanas más tarde, cuando el Ramadán había terminado, un amigo me dijo: “Mike, estoy en el gimnasio y al FBI le gustaría hablar contigo”. Tenían un radio de tres manzanas bloqueado. Me enseñaron una foto del entrevistador y me preguntaron si conocía a ese hombre. Respondí que sí, que era el caballero que me había entrevistado hacía dos semanas y les dije que lo sentía si había sido muy duro o había herido sus sentimientos. Y el agente dijo: “No señor Tyson, usted le gustaba, los que no le gustaban eran los 15 a los que disparó y los nueve a los que mató”. Era un asesino en serie.

Era algo similar a un francotirador. Y la razón por la que vino era porque tenía un foto junto a mí en su sitio web dándonos la mano. Me preguntaron si me había hablado sobre algo y les dije que no sabía nada. Estaba abrumado.

E: Estoy deseando ver su ‘Adicto al caos’. Pero conozco ‘La indiscutible verdad’ y ahí habla de los extremos positivos y negativos. Para el público, ¿podría detallar un par de escenas que sean especialmente conmovedoras para usted?

M.T.: No sé, hablamos de mi matrimonio y cosas así, mis peleas, mis derrotas, mis victorias, hacer toneladas de dinero, gastar toneladas de dinero, perder toneladas de dinero, muchas demandas, algunas de mis peleas callejeras, mis reyertas. Come he dicho, era una verdadera montaña rusa de emociones.

E: Si echamos la vista atrás a momentos más difíciles de su vida, tuvo un éxito fenomenal, pero también una batalla abierta contra la adicción a las drogas. ¿Cree que ha conseguido alejarse de eso, que esos días se han terminado?

M.T.: Me siento así ahora. Y sobre la adicción a las drogas, cada día que no las utilizo es un día en el que me hago más fuerte, porque cualquier día ese sensación volverá. Es simplemente inevitable. Pero mientras no las uso, me estoy preparando para cuando ese momento llegue. Y ese momento va a llegar, así que me van a noquear o voy a levantar los brazos, una de las dos cosas va a ocurrir. Y no quiero morir.

E: Dice algo muy interesante en su autobiografía. Habla de su estancia en la cárcel y aquí cito: “Se convirtió en una bendición”. ¿Qué lecciones sacó de aquello?

M.T.: Desde entonces soy una persona diferente.

E: Está haciendo muchas cosas. Usted también es ahora un promotor de boxeo, algo que creo que no pensaba que llegara a ser…

M.T.: Sí, es algo bastante raro, nunca imaginé que lo haría, siempre he despreciado a los promotores de boxeo. Solo pensar que soy un promotor de boxeo es repugnante. Lo estoy haciendo por una buena razón, para cuidar a los chicos y para que me cuiden. Con mi mejor voluntad, para asegurarme de que no toman las decisiones equivocadas que yo tomé.

E: ¿Cuál es el mejor consejo que les da?

M.T.: Básicamente que realmente no es necesario un mánager, incluso aunque haya gente que lo tiene. Porque simplemente son, en mi opinión, niñeras glorificadas, y pueden coger el 10% de tu dinero, incluso más. Pero el hecho es que la única cosa que un boxeador necesita es un abogado y un entrenador y otras para las que no es necesario un mánager.

E: Todos sabemos que usted adora a Cus D’Amato, que fue su mánager. ¿Cuánto de él hay en usted cuando hace esto?

M.T.: No lo sé, yo no soy él. Quizá si continúo haciendo esto otros 20 años o más, pueda estar ahí, cerca del nivel al que protegía a sus boxeadores. Pero por ahora no estoy ahí. No soy tan veterano ni tan experimentado como el señor D’Amato.

E: En general habla de él en presente. ¿Nota que está a su lado?

M.T.: Sí, mucho.

E: ¿Le tiene como una de las personas más especiales en su vida?

M.T.: Absolutamente. Nadie me podría motivar tanto como él si estuviera desanimado. Porque a veces, estoy seguro de que también en su profesión se piensa que las cosas han empeorado y que hay que dejarlo. Todos pasamos por eso. Y él me motivaría diciéndome que este es el camino. Muchas veces dejé el boxeo, antes incluso de convertirme en profesional. Lo dejé, no quería hacerlo. Pero me inspiró, me dio la razón por la que debía seguir.

E: Lo que me lleva a trasladarle la pregunta de un chico joven, Jean Louis Fanel Doulos. ¿Cómo se convierte uno en un gran boxeador?

M.T.: No sé como alguien se convierte en un gran boxeador. Y estaría mintiendo si digo que lo sé. Cada cual tiene un camino diferente. El mío fue sacrificio, dedicación y disciplina, algo que nunca me había entusiasmado. Nunca la tuve. Era bastante egocéntrico, egoísta y vago. Con Cus D’Amato logré esas cualidades. Y eran sacrificio y abandonar aquello que pensaba que era importante. La disciplina era hacer algo que odiaba, pero hacerlo como si lo amara.

E: Hay mucho dinero asociado al deporte. Usted está en primera línea, ha ganado mucho. ¿Cree que es necesariamente algo bueno? ¿Piensa que las cantidades deberían bajar o está bien así?

E: No, no pienso que las cantidades deban bajar. Porque recuerdo que un día yo y Cus hablábamos de una pelea de una forma bastante desdeñosa, yo era un chico joven, y comenté que el púgil no se merecía ese dinero. Y Cus respondió: “Se merece cada penique que gana una vez que se sube al ring”. Cuando peleas, hay una cláusula no escrita, pero que todos conocemos, y que dice que puedes morir durante el entrenamiento o la pelea. Con los riesgos, las recompensas son merecidas.

E: ¿Qué pasa con la influencia corrupta del dinero? ¿Podría algo frenarla, tener algún tipo de control?

M.T.: Eso pasa desde hace mucho tiempo, y va a continuar pasando cuando usted y yo no estemos. Eso depende de lo que la gente realmente es. Y el dinero es esencial. Así que siempre va a haber corrupción.

E: Me gustaría volver a traer otras voces de nuestra audiencia y volviendo al deporte, hay alguien que se llama Mattu que pregunta: ¿quién le dio el puñetazo más memorable de todos?

M.T.: Todos con los que peleé. Nunca olvidas a nadie que te haya pegado.

E: ¿Una de las razones por las que se introdujo en la promoción es porque echaba de menos ese mundo?

M.T.: No echaba de menos ese mundo. Pero sé que puedo ayudar a la gente. Porqué el boxeo y el deporte son solo una pequeña parte de la vida, cuando se acaban, tienes mucha vida por delante.

E: ¿Cómo aprendió esa lección? ¿Fue un punto de inflexión con una especie de epifanía o llegó poco a poco?

M.T.: No lo sé. Creo que llegó lentamente. Tardé mucho en crecer. Tardé mucho en crecer y afrontar las responsabilidades de la vida, porque cuando estás boxeando, jugando al fútbol o al rugby, estás viviendo como un niñ. No tienes muchas responsabilidades.

E: ¿Qué es entonces lo que más echa de menos de aquella vida, de los viejos tiempos?

M.T.: No hay muchas cosas. Porque cuando realmente pienso en la cumbre de mi carrera, hacía 30 o 40 millones en un pelea, hacía lo que quería, para conocer a alguien que hubiera visto en televisión y me hubiera gustado, solo tenía que hacer una llamada. Pero no tenía ninguna paz. Ahora que no estoy en la cima de mi carrera, que no gano ni la décima parte de dinero de lo que ganaba entonces, y que aparezco en dibujos animados y tengo espectáculos, veo que nunca logré esto cuando peleaba. Nunca me hubiera llevado bien con el productor, hubiera sido arrogante. Aprendes a ser humilde cuando te haces viejo. Aprendes que si no eres humilde en este mundo, el mundo te obligará a serlo.

E.: En su nueva vida, si pudiéramos contrastar pasado y presente, ¿está tan apasionado en lo que hace como lo estaba con el boxeo?

M.T.: No haría nada que no me apasionara, y lo haría aunque no ganara dinero. Por eso es por lo que he hablado sobre la paz y la felicidad; si no haces las cosas con pasión y amor y solo lo haces por dinero, entonces el resultado emocional va a ser desastroso. Y lo digo desde mi experiencia, que es lo que conozco. Sé que tiene que ser solo por pura pasión y amor sobre lo que estoy haciendo.

E: Acabaremos con una pregunta de El Moussadak Chadad. ¿Está en paz consigo mismo?

E: No lo sé. Mi vida no ha terminado todavía. Te das cuenta de eso cuando estás en el lecho de muerte. Mientras pasa el tiempo, nadie sabe lo que le espera a la vuelta de la esquina. Solo vivimos el momento.

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