El presidente ruso acusa a Kiev de genocidio al cortar el suministro de energía en las regiones controladas por los rebeldes. El tono entre Rusia y
El presidente ruso acusa a Kiev de genocidio al cortar el suministro de energía en las regiones controladas por los rebeldes.
El tono entre Rusia y Ucrania ha empezado a subir desde que el gigante energético Gazprom empezara a enviar gas directamente a Donetsk y Lugansk. Un suministro que según Moscú está dentro del contrato firmado entre Gazprom y la compañía ucraniana Naftogaz.
“Por si no bastara con que allí se pasa hambre y con que la OSCE haya constatado que hay una catástrofe humanitaria, encima les cortan el gas. ¿Cómo se llama eso? Eso ya huele a genocidio”, decía Vladímir Putin.
Kiev asegura que no va a pagar por ese gas ya que no puede controlar ni los volúmenes ni el uso que le dan los rebeldes.
La Comisión Europea ha mostrado su preocupación por esta disputa y ha exigido a los dos países que cumplan con el acuerdo alcanzado en octubre que permitió restablecer el tránsito de gas a Ucrania hasta finales de marzo.
“Vamos a intentar asegurar que el paquete de invierno se mantenga intacto y estamos intentando organizar una reunión trilateral entre los ministros de Energía de Ucrania, Rusia, la Comisión y yo mismo muy pronto”, decía el vicepresidente de la Comisión Europea para la Energía, Maros Sefcovic.
Putin, que ha recordado que los acuerdos de Minsk obligan al Gobierno ucraniano a restablecer la economía de las regiones del este, ha confirmado que Gazprom cerrará el grifo en tres días si no se le paga por adelantado su consumo previsto para marzo.