El primer ministro francés, Manuel Valls, está en el ojo del huracán tras asistir en un avión oficial del Gobierno a la final de la Liga de
El primer ministro francés, Manuel Valls, está en el ojo del huracán tras asistir en un avión oficial del Gobierno a la final de la Liga de Campeones, en Berlín, con dos de sus hijos.
El presidente de la UEFA, Michel Platini, ha quitado hierro al asunto. Ha dicho que fue él quien lo había invitado, como se había comprometido si el F.C. Barcelona llegaba a la final, y ha confirmado la versión oficial de que hubo una reunión previa al encuentro.
“El señor Valls quería que nos viéramos antes del partido. Se nos precisó que el primer ministro tenía la intención de tratar dos temas: varios puntos de discusión entre el Gobierno francés y la UEFA sobre la organización de la Eurocopa y, por supuesto, sobre la situación del fútbol internacional tras la crisis de la FIFA”, ha declarado Platini.
Valls, nacido en Barcelona y de alma culé, abandonó el sábado el congreso del Partido Socialista (PS) en Poitiers para ir a ver la final entre la Juventus de Turín y el Barça, que ganó 3 a 1.
La oposición le acusa de utilizar fondos públicos para fines privados.
“Me asusta que no abra los ojos sobre esta falta política que él ha cometido. El dinero público es muy preciado, y lo que me asusta es que no se dé cuenta”, ha señalado Thierry Solère, diputado de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP).
“Cuando damos lecciones de moral, debemos evitar meter los dedos dentro del tarro de mermelada”, ha dicho Claude Groasguen, diputado de la UMP.
Los medios franceses calculan que la escapada de Valls costó a las arcas públicas entre 13.000 y 20.000 euros.
El Elíseo lo defiende alegando que tenía una reunión de trabajo.