Toneladas de estiércol frente al matadero que Charal tiene en Mosell. La imágen se ha repetido este martes en numerosos puntos de distribución de
Toneladas de estiércol frente al matadero que Charal tiene en Mosell. La imágen se ha repetido este martes en numerosos puntos de distribución de carne de Francia. Por segunda semana consecutiva, los ganaderos y agricultores galos continúan sus protestas contra la normativa europea que permite la libre circulación de mercancías y que, en su opinión, está distorsionando la competencia y haciendo caer los precios en el mercado interno. Y le piden al gobierno una regulación más restrictiva y que proteja los intereses sectoriales a nivel nacional.
“Están destrozando la agricultura”, dice el sindicalista George Turk, de FDSEA. “Los precios han caído, la regulación es cada vez más desfavorable y la Organización Mundial del Comercio nos toma por retrasados mentales.”
Las protestas están teniendo lugar, sobre todo, junto a la frontera con Alemania y España, donde los piquetes inspeccionan el contenido de los camiones en busca de productos extranjeros. Varias autopistas han sido cortadas y toneladas de alimentos han sido desparramadas sobre el asfalto. El gobierno francés ha aprobado un plan de ayuda urgente de 500 millones de euros en préstamos bancarios y de otros 50 millones para aligerar las cargas sociales del sector, pero los trabajadores lo ven insuficiente. Entre tanto, Bruselas se inquieta y ha llamado al orden a París para recordarle que debe garantizar el principio comunitario de la libre circulación de mercancías.