Tras un tenso pulso y, hasta un ataque con artillería pesada, el asalto ha terminado sin derramamiento de sangre. Los miembros del Regimiento de
Tras un tenso pulso y, hasta un ataque con artillería pesada, el asalto ha terminado sin derramamiento de sangre. Los miembros del Regimiento de Seguridad Presidencial, que participaron en el golpe del 17 de septiembre, se negaban a entregar las armas.
Cinco días después de la disolución del cuerpo en consejo de ministros, los sublevados permanecían en la base Naaba Koom II, cercana al palacio presidencial en Ouagadougou, para forzar a las instituciones transitorias a conceder una amnistía a todos los participantes en la asonada.
Pero el Ejército leal al Gobierno ha endurecido su respuesta. Sólo la mediación del líder de los sublevados, el general Gilbert Diendéré, ha evitado un baño de sangre, al pedir a sus subordinados que depusieran las armas.
Burkina Faso avanza hacia los comicios del próximo 11 de octubre en medio de una grave crisis política.