Una visita histórica cuyo alcance es pronto para evaluar. Pero no hay duda de que Barack Obama ha desarmado el discurso castrista centrado en los
Una visita histórica cuyo alcance es pronto para evaluar. Pero no hay duda de que Barack Obama ha desarmado el discurso castrista centrado en los males del imperialismo estadounidense. El inquilino de la Casa Blanca lo ha logrado con elegancia, diplomacia y también humildad, al reconocer sin ambajes que las sanciones impuestas a Cuba desde 1962 no han funcionado. Ante la “plana mayor” del régimen comunista, defendió los beneficios de la democracia:
Barack Obama, presidente de EE.UU:
“Como Presidente de Estados Unidos, he llamado a nuestro Congreso a levantar el embargo (…) Creo que mi visita aquí les demuestra que Estados Unidos no representa una amenaza. (…) También estoy seguro de que no deben temer las diferentes voces del pueblo y su capacidad de expresarse, reunirse y elegir a sus líderes”.
Una defensa de las libertades públicas que los cubanos han podido escuchar en directo en la televisión. Evidentemente, su posición sobre el embargo fue bien recibida en las calles de La Habana.
Agustín López Guevara, residente en La Habana:
“Cuando hay que comprar una medicina hay que ir a buscarla a Japón, y si tiene componentes norteamericanos no se lo venden. Todo lo que implica eso creo que le está haciendo daño al Gobierno norteamericano, a los grandes empresarios norteamericanos y al pueblo de Cuba”.
Pero la sorpresa ha sido el principal efecto que ha tenido la visita entre los cubanos. Muchos de ellos tienen familiares en Estados Unidos, como Adela.
Adela Virgen Servino:
“Es tan grande, que el poco corazón que me queda, no hallo cómo me voy a expresar”
Obama también ha conseguido la proeza de hacer que Raúl Castro participe en una rueda de prensa con preguntas espinosas.
Raúl Castro, presidente de Cuba:
“Dame la lista ahora mismo de los presos políticos para soltarlos. Menciónala ahora. ¿Qué presos políticos? Dime el nombre, o los nombres. O cuando concluya la reunión, me da una lista con los presos”.
Y esta es la lista de 77 presos, uno de ellos en arresto domiciliario, según el grupo de disidentes que Barack Obama recibió en la embajada de Estados Unidos. Una hazaña a la que ni el papa Francisco, ni François Hollande o Federica Mogherini se atrevieron durante sus recientes visitas a La Habana.