Del rosa al verde: Saint Tropez busca un futuro ecológico

Del rosa al verde: Saint Tropez busca un futuro ecológico
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Por Audrey Tilve
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El pueblecito sabe surfear sobre las tendencias en alza. La mejor prueba, el mismísimo Leonardo di Caprio, abanderado de la ecología entre los famosos, escogió por tercer año consecutivo la península

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Hablar de Saint Tropez es generalmente sinónimo de yates de lujo, mucho famoso por metro cuadrado (un metro cuadrado que puede alcanzar la friolera de 30.000 euros) y un sueño sólo de una noche de verano para el común de los mortales.

Hablar de medio ambiente parece un tema totalmente alejado de esta localidad de la Costa Azul reina de la prensa rosa que ahora también quiere ser “verde”, ecologica.

En efecto en los últimos años, soplan vientos de cambio mezclados con la brisa marina. La llamada ley del litoral protege las playas de los promotores privados y aunque algunas tumbonas y sombrillas siguen siendo coto cerrado -previo pago-en las que mas que pata blanca hay que mostrar tarjeta negra como la mítica club 55 otras no menos famosas como la voile rouge
han sido desmanteladas por las autoridades pese a tener como clientes a Madonna, Puff Daddy o George Clooney. Un observatorio marino, que reagruapa a 10 localidades, ha sido creado en el Golfo de Saint Tropez y las riquezas naturales de la zona están bajo una fuerte vigilancia.

Y es que el pueblecito de adopción de Brigitte Bardot sabe surfear sobre las tendencias en alza. La mejor prueba, el mismísimo Leonardo di Caprio abanderado de la ecología entre los famosos escogió por tercer año consecutivo la península de Saint Tropez para celebrar la gala de su fundación en la que recaudó 45 millones de dólares.

Pero más allá de los ricos y famosos, el canto de las sirenas ecológicas también ha seducido a los habitantes del terruño como lo demuestra la asociación Colibris83 creada en 2014 en el Golfo de Saint Tropez por una joven autóctona.

Fiel a su mentor, el agricultor y filósofo francés de origen argelino Pierre Rabhi,
la asociación aboga por una sobriedad feliz, un objetivo algo complicado en este paraíso de las tentaciones y del desenfreno donde los millonarios hacen concursos de duchas con champagne y no champán (de diferente origen y precio).

Marie Navarro, quién preside este grupo, vé la situación con pragmatismo y piensa que hay un terreno fertil para un golfo de Saint Tropez ecológico: “Militamos por una transición suave; sabemos que las cosas no van a cambiar de un día para otro pero en tan sólo dos años ya hemos obtenido resultados. Cada vez hay más horticultores locales, y se han creado jardines compartidos en varios municipios. Finalmente también planeamos crear una moneda local la próxima primavera. Ya tenemos el apoyo de muchas tiendas e incluso de algunos hoteles de Saint Tropez.”

El movimiento Colibris83 no sólo se basa en una nueva relación con la tierra sino que además quiere recrear nuevas relaciones sociales. En sus dos años de existencia ha conseguido 450 socios y aunque mantiene todavía una tibia relación con el ayuntamiento de Saint Tropez sí ha obtenido el apoyo más contudente de otras localidades de la zona como Ramatuelle, Sainte Maxime o Grimaud donde organiza conciertos por el planeta, conferencias y proyecciones de películas como Mañana- que recibió este año el premio César (los Goya franceses) al mejor documental- en presencia de su realizador Cyril Dion.

La próxima cita es del 16 al 18 de septiembre en el castillo de la Mole donde por segundo año consecutivo se va a llevar a cabo la edición del certamen Dibuja un tomate con un menú de debates, conferencias, talleres y un mercado, claro está, biológico. Y todo ello sin subvenciones, pero con mucha perseverancia, como admite Marie Navarro empujada por su deseo de transmitir y compartir sus valores.

Y si comparte los mismos valores y se acerca hasta la península de Saint Tropez además de broncearse en sus playas también podrá visitar el Señorío de Rayol un jardín botánico con las mejores muestras del Mediterráneo o la asociación de conservación del patrimonio de la Garde Freinet que organiza visitas históricas y paseos por las montañas de la zona. Una nueva perspectiva para ver el golfo de Saint Tropez desde las alturas y no caer en tentaciones más terrenales.

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