En Madeira la situación está práctiamente bajo control. En el norte del país siguen activos varios frentes. En Galicia (España) investigan la pista criminal, como en Marsella (Francia), donde han ardi
El viento da un respiro a los bomberos portugueses. Los incendios de la isla de Madeira están prácticamente bajo control tras una semana trágica en la que han muerto tres personas y miles de hectáreas han sido devoradas por las llamas. Los daños materiales aún están por cuantificar. En las regiones del norte continental siguen activos más de seis frentes. Y pese a que varios hidroaviones extranjeros han llegado en las últimas horas para apoyar las labores de extinción, el gobierno portugués lamenta la escasa solidaridad europea.
Las llamas se han extendido también a la frontera con Galicia, donde los bomberos han tenido que evacuar a decenas de familias.
“Al principio vimos como una columna de fuego”, explica una vecina de Arbo. “Y luego escuchamos ‘boom, boom’, dos grandes explosiones antes de todo empezara arder”.
En Francia, los frentes más activos se encuentran en las regiones de Marsella y Perpignan. Como en el caso de Galicia, las autoridades francesas no descartan la pista criminal. El gobierno ha encargado una investigación exhaustiva para esclarecer el origen de los incendios.
En estos momentos, más de 600 bomberos trabajan para sofocar el fuego y una decena de hidroaviones sobrevuelan la zona sin descanso.