Un edificio rojo fue uno de los pocos que se mantuvo en pie en Amartice tras el terremoto del pasado 24 de agosto y que acabó con la vida de unas 300 personas.
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Un edificio rojo fue uno de los pocos que se mantuvo en pie en Amartice tras el terremoto del pasado 24 de agosto y que acabó con la vida de unas 300 personas.
Esta vez no ha tenido la misma suerte y a pesar de que el epicentro de los dos seísmos de ayer estuviera a decenas de kilómetros de esta pequeña localidad del centro de Italia, Amatrice también ha vuelto a sufrir.
“Las sacudidas de anoche están relacionadas con el terremoto del 24 de agosto. El primer temblor fue en una zona que estaba activa en los últimos días pero el de 5,9 grados de magnitud se desplazó un poco hacia el norte donde ya hubo otras réplicas, activando una nueva falla. Es una falla contigua a la del terremoto de agosto pero que no tiene la misma estructura”, decía la sismóloga del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología, Lucia Margheriti.
Italia está situada en una zona de fuerte actividad sísmica y no es raro que poco tiempo después de que la tierra tiemble en alguna parte del país, se produzcan terremotos similares no muy lejos. El Ejecutivo italiano destinará 300 millones de euros para la reconstrucción de las zonas afectadas.