Llegar a un acuerdo de Gobierno en Alemania se está convirtiendo en una tarea titánica, dos meses después de las elecciones. Una maratoniana reunión, entre la CDU de Angela Merkel, los liberales y los Verdes, acabó este viernes de madrugada sin que consiguieran redactar siquiera el borrador de un “contrato de coalición”.
Merkel reconoce que las diferencias son “profundas”. Las cuestiones de inmigración y política financiera son las más espinosas. Los liberales, por ejemplo, no quieren ni oír hablar de un presupuesto comunitario que contemple ayudas para un país miembro en crisis. Los Verdes, por su parte, batallan para lograr una política más flexible en cuestiones migratorias.
Las negociaciones se retomarán este viernes. Si no se llega a un compromiso, Alemania podría tener que volver a las urnas.