La ONU exige garantías de seguridad para el regreso de los refugiados Rohinyás desde Bangladés al estado de Rakáin, en Birmania.
La ONU exige garantías de seguridad para el retorno de los refugiados rohinyás a Birmania. El relato de la brutal campaña del Ejército birmano que empujó al exilio a cientos de miles de personas desde finales de agosto, aún estremece a la representante especial de la ONU para la Violencia Sexual en los Conflictos, Pramila Patten. En la última reunión del organismo para analizar la situación de los refugiados espetó a los presentes:
"Que el Consejo de Seguridad exija en una resolución el cese inmediato de las violaciones contra la población civil en el estado de Rakáin y adopte medidas para pedir responsabilidades a quienes las perpetren enviaría una señal importante... Algunos testimonios cuentan que ataron a mujeres y niñas a una roca o un árbol y que varios soldados las violaran hasta la muerte".
Patten viajará a Birmania en los próximos días. El embajador birmano ante la ONU le advirtió:
"En cuanto a la presunta violencia sexual, el gobierno de Myanmar ha dejado claro que no va aceptar ningún abuso de los derechos humanos. Pero las palabras 'limpieza étnica' y 'crímenes contra la humanidad' no deberían usarse a la ligera, sin evidencias concretas, ni determinación legal".
Bangladesh, donde hay más de 600.000 refugiados Rohinyás, ha lanzado una campaña de vacunación contra la difteria tras la muerte de una decena de personas en los campos de acogida que hay en el sur del país.