Robert Fico ya había anunciado que presentaría su dimisión al presidente si con ello salva a la actual coalición de Gobierno, amenazada por el escándalo provocado por el asesinato del periodista Jan Kuciak.
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Los manifestantes eslovacos consiguen su objetivo y el Gobierno cae. El presidente del país ha aceptado la dimisión del primer ministro, Rober Fico, y ha encargado al viceprimer ministro socialdemócrata Peter Pellegrini la formación de un nuevo Ejecutivo. El desencadenante es la crisis desatada tras la muerte del periodista Jan Kuciak y su novia, cuando el primero investigaba lazos entre la mafia italiana y círculos próximos al jefe de Gobierno.
"Las ambiciones de una persona no deben ser más importantes que el destino de nuestro país, que está amenazado por el caos", afirmaba Fico.
De esta forma, Fico intenta salvar la coalición de Gobierno que los socialdemócratas forman junto a nacionalistas y húngaros moderados. La oposición había criticado que Kuciak no tuviera escolta estando amenazado y había presentado una moción de censura que ahora, ha admitido, ya no tiene sentido.
