Activistas de Greenpeace han protagonizado una pintoresca manifestación en el Danubio a su paso por Budapest contra la ampliación de la central nuclear de Paks, financiada al 80 % por Rusia.
Activistas de Greenpeace se han manifestado a lo largo del Danubio, en Budapest, contra la ampliación de la central nuclear de Paks, la única de Hungría. Y, en concreto, contra el hecho de que las autoridades húngaras aún no hayan determinado qué van a hacer con la basura nuclear cuando en 2026 se pongan en marcha los nuevos reactores.
"Nuestra organización considera que es sumamente irresponsable que el gobierno quiera abrir una planta nuclear sin que haya soluciones sostenibles para gestionar los desechos que produce -afirma el activista de Greenpeace András Pergel-.Y lo que es aún más preocupante es que las autoridades guarden silencio sobre este problema".
Greenpeace ha recogido 25.000 firmas para que se detenga la obra. También Austria se opone al proyecto, que ha denunciado ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Uno de los aspectos más polémicos, es que la ampliación de la central, con un coste estimado de 12.500 millones de euros, está financiada al 80 % por Rusia, como fruto de un acuerdo entre el presidente Vladimir Putin y el primer ministro húngaro, el nacionalista Viktor Orbán.