"Existe un riesgo real de importar el conflicto a Europa"

"Existe un riesgo real de importar el conflicto a Europa"
Por Euronews
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Cientos de europeos han marchado a Siria para combatir el yihadismo junto a las milicias kurdas. Algunos están volviendo y las autoridades temen que crezca la tensión entre las comunidades turcas y kurdas

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En los últimos años, cientos de europeos se ha unido a las milicias kurdas que combaten en Siria, inicialmente contra el grupo Estado Islámico y ahora también contra Turquía.

Se llaman Maxime, Hanna, William… Son camioneros, modelos, restauradores… Y el número de occidentales que se unen a las Unidades de Protección Popular sigue creciendo.

El retorno de estos combatientes empieza a preocupar a la Unión Europea y especialmente a Bélgica, país que algunos consideran ya como una plataforma para estos milicianos que, en ciertos casos, son perseguidos por la justicia en su país de origen.

Maxim Barrat es francés, tiene 28 años y es camionero. Llegó a Siria en plena batalla de Kobane. “Todos éramos espectadores, eramos testigos de la masacre. Porque fue una masacre. Y dejabamos morir a la gente sin hacer nada. Asi que me dije a mi mismo: ¿por qué no ir?”, afirma este excombatiente. “Cierto, es arriesgado, es peligroso, especialmente porque el grupo Estado Islámico es muy traicionero sobre el terreno. Te levantas por la mañana y en cualquier momento te puedes encontrar a un tipo con un chaleco explosivo que se hace saltar por los aires a 10 metros de ti”, explica.

Entre los combatientes occidentales hay muchas mujeres, como Hanna Bohman, una exmodelo canadiense que se unió a las milicias kurdo-sirias en 2015, tras haber sufrido un accidente de moto. Marchó con el objetivo de luchar por los derechos de las mujeres en Oriente Medio y se convirtió en francotiradora. Ahora ayuda a los refugiados sirios que llegan a Canadá. “Estoy orgullosa de lo que hice, pero aquí en Canadá hay muy poca información. Casi nadie sabe lo que hice. La policía está en contacto conmigo, me ha interrogado, pero no me ha creado problemas. La mayoría no sabe nada de este conflico y si me preguntan tengo que dar muchas explicaciones”, afirma.

Las agencias de inteligencia occidentales siguen el rastro de estos combatientes y los interroga a su regreso. Pero hoy por hoy el principal temor es que la tensión entre kurdos y turcos se traslade a Europa. En Bruselas se han producido ya algunos choches. El último, en marzo de 2017, dejó varios heridos frente a la embajada turca.

Según el experto Thomas Renard, del Instituto Egmont, los cuerpos de seguridad “han estado más preocupados por la lucha contra el yihadismo, donde han concentrado sus esfuerzos”. Pero afirma que empieza a haber preocupación ya que “a largo plazo existe un riesgo real de importar el conflicto a Europa y también a Bruselas”.

Las Unidades de Protección Popular están consideradas como el brazo armado del Partido de la Unión Democrática de Siria, que representa a los nacionalistas kurdos del norte de Siria. Los líderes de esta formación política consideran que los combatientes occidentales comparten la causa de las milicias kurdas. “Defienden unos valores y tienen una misión que es precisamente la de oponerse a la brutalidad y al extremismo de los yihadistas”, afirma Salih Müslim.

Las autoridades turcas consideran por su parte que estos milicianos son terroristas ya que luchan en el seno de unas estructuras, las Unidades de Protección Popular, que califican sin paliativos de organización terrorista. “Se trata de una extensión directa del PKK que la Unión Europea, la OTAN y los Estados Unidos han incluido en sus listas de organizaciones terroristas. Así pues, si cooperas con su extensión siria, cooperas directamente con el PKK”, explica Ruhi Açıkgöz, representante del AKP, el partido que gobierna en Turquía.

Se calcula que unos cuarenta occidentales han muerto en Siria luchando junto a las milicias kurdo-sirias.

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