Los socios del G7, en especial, los europeos, esperan en Canadá al presidente estadounidense con las espadas en alto y con los tambores de guerra comercial sonando de fondo.
Con los tambores de guerra comercial sonando de fondo, la cumbre del G7 que comienza este viernes en Canadá promete ser muy tensa, con Donald Trump de un lado, y del otro, el resto de países, en especial los europeos, indignados por el proteccionismo y las tarifas aduaneras impuestas por Washington.
El clima se ha enrarecido ya antes de la cumbre a raíz de las declaraciones del presidente francés Emmanuel Macron, que ha insinuado que no pasaría nada si en lugar de siete fueran seis.
"Tal vez le de igual al presidente estadonidense estar aislado, pero a nosotros también nos daría igual ser solo seis si fuera necesario, porque esos seis representan valores, representan un mercado económico con una historia y una verdadera fuerza internacional", señaló Macron en una rueda de prensa junto al primer ministro canadiense Justin Trudeau.
El presidente estadounidense ha respondido con un bombardeo de tuits indignados. "Por favor, díganle al primer ministro Tudeau y al presidente Macron que ellos imponen a Estados Unidos aranceles masivos y crean barreras no monetarias (... ) Estoy deseando verlos mañana", señala en uno de ellos.
El encuentro tendrá lugar en la localidad de La Malbaie, en Quebec, convertida en una fortaleza para la ocasión.
Varias manifestaciones están previstas, aunque la más temida es la convocada por grupos anarquistas este viernes. Las primeras concentraciones reunieron a unos pocos centenares de personas y acabaron sin graves incidentes.