Han sido las horas más largas para la primera ministra británica, que se enfrentaba este martes a una de las votaciones más complicadas y decisivas sobre el Brexit en la Cámara de los Comunes. Aunque ha ganado in extremis, ha perdido a un ministro.
Theresa May ha logrado este martes una ajustada victoria para retirar una enmienda que obligaba a que el acuerdo final del Brexit fuera aprobado en la Cámara de los Comunes.
Tras la promesa de la primera ministra de "una solución de compromiso", solo dos diputados conservadores, el veterano Kenneth Clarke y la moderada Anna Soubry, votaron contra el Gobierno.
El suspense se mantuvo durante toda la sesión, sobre todo después de la repentina dimisión del subsecretario de Justicia, Phillip Lee, para, en sus propias palabras, recuperar su libertad y pedir un nuevo referéndum sobre el Brexit.
Esta significativa derrota para los Lores en el debate calificado de prueba de fuego para May y para el Brexit, no significa el final de la batalla; han prometido que presentarán nuevas enmiendas cuando la normativa regrese a la cámara alta.