Los equipos de rescate y de diversas ONG siguen buscando supervivientes y retirando cadáveres de entre las ruinas.
Las imágenes aéreas muestran la magnitud de este desastre natural que se ha cobrado la vida de más de 830 personas, aunque se teme que la cifra sea mucho mayor.
Los equipos de rescate y de diversas ONG siguen buscando supervivientes y retirando cadáveres de entre las ruinas, mientras que ahora empiezan otros problemas para la población: la escasez de alimentos y electricidad.
El presidente del país, Joko Widodo, visitó la zona este domingo y participó en el reparto de alimentos a la población. Ha pedido esfuerzos sin descanso para lograr rescatar a los que todavía siguen con vida.
Algunos testigos han contado lo rápido que sucedió todo:
"Estábamos comiendo algo en la playa cuando sentimos el terremoto y empezamos a correr. Le dije a mi yerno que fuera a por los niños que estaban en la mezquita. Alguien me dijo que el agua empezó a llegar justo cuando nos fuimos".
Las autoridades han comenzado a enterrar este lunes a las víctimas mortales en una fosa común abierta en las afueras de Palu y a gestionar la ayuda internacional que empezó a llegar este domingo.