La primera parte de la caravana de centroamericanos que se dirige a Estados Unidos ha recalado en la ciudad fronteriza mejicana entre protestas y pedradas de parte de los residentes en la ciudad.
LLegaron a Tijuana agotados después de un mes de viaje y felices por estar cerca de su meta, pero la hostilidad abierta de parte de los habitantes de la ciudad marca otra etapa amarga en el camino de la caravana de migrantes.
Las cerca de 1 500 personas que forman parte del primer grupo de centroamericanos decididos a entrar en Estados Unidos se encontraron este jueves con una fría bienvenida.
Los enfrentamientos comenzaron de madrugada, cuando un grupo de residentes en Tijuana se enfrentaron a pedradas con los recién llegados, la mayoría hondureños que huyen de la pobreza y la violencia en su país.
Decididos a entrar en Estados Unidos pese a las amenazas de Trump y de los cinco mil soldados que vigilan la frontera, la caravana contaba con unos 7.000 migrantes, aunque muchos abandonaron por el camino.