Por cuarto sábado consecutivo, una manifestación del movimiento 'chalecos amarillos' precedió a la violencia de algunos individuos que arrasaron con todo a su paso. Franquicias del mundo de la restauración y la moda, entre otros muchos elementos, fueron objeto de destrozos
PUBLICIDADEl presidente de Francia, Emmanuel Macron, se reunirá este lunes con los principales sindicatos y patronal del país. Por la tarde romperá su silencio para comunicar su plan de respuesta a la crisis de los chalecos amarillos. Mientras, París recupera el orden tras el caos y la destrucción del sábado. Una nueva manifestación del movimiento 'chalecos amarillos' precedió a la violencia de algunos individuos que arrasaron con todo a su paso. Franquicias del mundo de la restauración y la moda, entre otros muchos elementos, fueron objeto de destrozos como consecuencia de una forma de actuar que se repite con frecuencia.
"Podemos comprender el movimiento 'chalecos amarillos' pero esto es inadmisible. Ya van tres fines de semana seguidos con disturbios. Todo está destrozado. Todos los comerciantes se ven obligados a cerrar o a gastar dinero para comprar material con el que proteger sus negocios. Esto recomienza cada semana y su facturación se resiente mucho". declara este ciudadano.
En el seno del Ejecutivo de Macron es total el rechazo a la conducta de los alborotadores.
"Estos saqueos y esta violencia deben cesar. Son inaceptables. No habrá diálogo posible si antes no recuperamos el orden público ", declaraba Bruno Le Maire.
En su visita a la zona afectada por los disturbios, el ministro de Economía y Finanzas de Francia constataba in situ la oposición de muchos comerciantes a los disturbios registrados en la capital francesa el sábado.
"Tenemos salarios que pagar. ¿Cómo podemos defendernos? Porque nosotros no odiamos a nadie, no tenemos tiempo para eso. Tenemos que trabajar. ¿Cómo tenemos que comportarnos? Va a ser necesario que podamos protegernos y defendernos", comentaba el dueño de una zapatería especializada en venta de calzado por encargo a Bruno Le Maire.
Oficinas de correos, cajeros automáticos, entidades bancarias, mobiliario urbano... la lista de elementos dañados en París, Burdeos y otras muchas ciudades francesas es interminable. Cerca de 2 000 personas fueron detenidas en todo el país y alrededor de cien resultaron heridas, en el que es en el cuarto sábado consecutivo de protestas. Las autoridades han cifrado el coste de los destrozos en varios millones de euros, tan sólo en la capital francesa.