La policía cerró recintos la pasada noche para evitar que los ciudadanos corrieran peligro.
Calles vacías, ruido de sirenas y decenas de policías armados hasta los dientes en calles acordonadas... Es el aspecto que ha ofrecido durante horas el corazón de Estrasburgo, donde el miedo latía con fuerza en decenas de tiendas, bares y restaurantes que cerraron sus puertas apresuradamente y apagaron las luces. Alrededor de la 1:30 de la madrugada, la policía comenzó a evacuar a las personas que permanecían en el interior y ha realizado registros.
El mercado de Navidad donde tuvo lugar el tiroteo está en pleno centro de la ciudad francesa, limítrofe con Alemania y donde tembién se sitúa una de las sedes del Parlamento Europeo.
En el momento del ataque se estaba celebrando un partido de baloncesto de la Copa de Europa. Los responsables de la seguridad pidieron que equipos y aficionadas se mantuvieran en el interior del recinto y todos ellos entonaron la Marsellesa en honor a las víctimas.
La salida de la sede comunitaria también fue bloqueada y los eurodiputados tuvieron que permanecer en el lugar. La española Teresa Jiménez-Becerril pidió a sus compañeros que se pusieran en pie y guardaran un minuto de silencio. "Estamos aquí, estamos a salvo", dijo
La policía ha seguido llevando a cabo el miércoles numerosos controles y ha establecido diferentes dispositivos de seguridad.