El líder de Corea del Sur, Kim Jong-un, celebró junto a cientos de miles de norcoreanos este lunes 17 de diciembre, el séptimo aniversario de la muerte de su padre, Kim Jong-il.
Kim Jong-un rindió un emotivo homenaje a su progenitor colocando varias cestas de flores frente a las estatuas de los antiguos dirigentes de la nación asiática en el Palacio del Sol de Kumsusan. Un lugar destacado en Pionyang, capital del país, en el que se encuentran las efigies de su abuelo Kim il–Sung y de su padre Kim Jong-il.
Tras la muerte de éste último, el 17 de diciembre de 2011, su hijo Kim Jong-un llegó al poder poco antes de cumplir los 29 años y era una figura prácticamente desconocida fuera de la península coreana.
A pesar de las muchas predicciones de expertos externos, que consideraban que no estaría a la altura de las circunstancias, el ahora líder norcoreano ha consolidado su poder y ha fortalecido la economía del país frente a las intensas sanciones internacionales. Además, ha logrado un objetivo con el que su padre y su abuelo sólo podían soñar: es el primer mandatario del país en poseer un arsenal de armas nucleares y misiles de largo alcance capaces de llegar a Estados Unidos.
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