En 1971 el artista Gyórgy Kemény usó de lienzo un apartamento de la ciudad de Budapest, en Hungría. En las paredes de esa casa dejó plasmadas imágenes de figuras públicas y símbolos que representaban el final de los años 60. Toda una provocación a al arte oficial húngaro de la época. La icónica pintura es una de las miles de obras recogidas en una base de datos construida para preservar y estudiar material de la oposición cultural a las dictaduras comunistas en Europa. Un archivo constituido también por unas 150.000 fotos, grabaciones, carteles, libros, cartas y manuscritos.
Júlia Klaniczay, es directora y creadora de uno de los centros quie colabora con la base de datos Courage:"Artpool es el archivo más grande de este material en Hungría, y probablemente en Europa del Este e incluso en toda Europa".
"Sin estos documentos, la historia del arte en ese periodo, los eventos no oficiales de arte en aquel momento, como exposiciones, performances, o conciertos alternativos de música, e incluso conciertos serios, no se conocerían si no hubieramos preservado los documentos que quedan de ellos", explica Klaniczay.