Brasil sigue conmocionado tras la detención de Michel Temer, acusado de liderar una organización criminal. La operación anticorrupción Lava Jato desencadenó el año pasado el encarcelamiento del también expresidente Lula da Silva.
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Brasil sigue conmocionado por la detención de Michel Temer. El expresidente fue detenido este jueves en São Paulo acusado de liderar una organización criminal y de recibir sobornos de la constructora Engevix para la construcción de una central nuclear .
Temer, que llegó a la presidencia de Brasil tras la destitución por parte del Congreso de Dilma Rousseff, es el segundo presidente que cae en el marco de la operación Lava Jato que tumbó el año pasado al izquierdista Lula da Silva.
El expresidente de centroderecha, que ha calificado de "barbaridad su detención", está ahora en prisión preventiva en la sede de la Policía Federal en Río de Janeiro, la ciudad desde donde el juez Marcelo Bretas dirige este capítulo de la Lava Jato. La fiscalía brasileña asegura que tiene pruebas suficientes de que Temer lidera un entramado criminal dentro de la empresa estatal Eletronuclear que desvió cerca de 474 millones de dólares en 40 años.
Desde Chile, donde se encuentra en visita oficial, el presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, también reaccionó a la detención de su predecesor: "La justicia, -ha dicho- se aplica a todo el mundo y todos tienen que responsabilizarse de sus acciones".
El ex mandatario, que perdió hace tres meses su inmunidad, enfrenta otras nueve causas judiciales, cinco de ellas en la Corte Suprema.
Tras conocerse el arresto, la Bolsa de São Paulo cayó un 2,5% y el real se ha depreciado respecto al dólar.