Los argelinos continúan su lucha contra la cúpula del gobierno y salen a las calles por decimoséptimo día consecutivo pese a la dimisión de Buteflika
Se mantiene la presión popular en Argelia por decimoséptimo viernes consecutivo.
Pese a la renuncia el martes del presidente Bouteflika que llevaba 20 años en el cargo, miles de manifestantes han salido a protestar exigiendo la caída de la cúpula del poder que durante los últimos años ha protegido y manejado al presidente. "Estamos aquí para derrocar al gobierno del primer ministro interino, para derrocar al falso parlamento, para derrocar a Belaiz, y para derrocar al resto de la banda", dice un manifestante.
El Ejército ha reiterado su apoyo a las reivindicaciones populares. Argelia está ahora en manos de un gobierno provisional hasta que se celebren las elecciones dentro de tres meses.
"Todos deben irse. Al menos deben ser juzgados. No queremos a ninguno de ellos, estamos hartos de todos ellos, estamos hartos, estamos cansados" clama otro de los jóvenes presnetes en la protesta.
Con el mismo ambiente festivo que caracteriza a las protestas que se dan desde febrero, se escucharon consignas contra los tres políticos elegidos para tutelar la transición a los que los manifestantes consideran miembros "de la mafia del poder".
También hubo gritos contra el jefe del Ejército, quien el martes forzó la renuncia de Bouteflika con su insistencia en la aplicación del artículo 102, que permite inhabilitar al presidente.