Al menos 15 personas han muerto en una operación policial contra presuntos miembros del Dáesh en Sri Lanka. Los fallecidos hicieron estallar cargas explosivas que portaban consigo, matando a varias mujeres y niños que estaban con ellos.
Continúa la implacable caza al yihadista lanzada por el Gobierno de Sri Lanka tras los sangrientos atentados del domingo de Pascua. Al menos 15 personas han muerto de madrugada en una operación policial en el este del país, en la que los agentes se han incautado de 150 cartuchos de dinamita y abundante material para fabricar explosivos. Tres de los fallecidos activaron cargas explosivas que portaban consigo, matando a varias mujeres y niños que estaban con ellos.
La policía busca a 140 personas vinculadas al Dáesh, que se ha atribuido la autoría de los ataques contra hoteles e iglesias, que dejaron más de 250 muertos, muchos de ellos occidentales. El jefe del comando terrorista, que aparece en un vídeo difundido por los yihadistas, falleció en los ataques.
Mientras miles de agentes participan en amplias redadas en distintas zonas del país, todos los templos católicos permanecen cerrados por motivos de seguridad. El jefe de la policía y el más alto responsable del ministerio de Defensa han dimitido en medio de la polémica generada al hacerse público que fueron alertados de la inminencia de ataques yihadistas pero no lo tomaron suficientemente en serio. El turismo, uno de los pilares económicos de Sri Lanka, se ha visto gravemente afectado. Gobiernos de todo el mundo aconsejan a sus ciudadanos evitar el país.