Más de 160.000 euros ha pagado un postor por los restos de una pistola que ni los subastadores, Art Auction, pueden garantizar sean auténticos.
Más de 160.000 euros ha pagado un postor por la pistola, o más bien los restos de ella, con la que supuestamente Vincent Van Gogh se quitó la vida en 1890 a las afueras de París.
Las numerosas dudas sobre si esta es realmente el arma en cuestión no han impedido que el precio final de venta fuera tres veces el esperado.
Ni siquiera la casa de subastas Art Auction dice poder garantizar que sea la original, aunque recalca que las fechas coinciden.
La pistola, muy deteriorada, fue hallada en 1965, es decir, siete décadas después del suicidio, cerca de la ciudad donde el pintor pasó sus últimos días.
El calibre es el mismo que el utilizado por el artista, pero más alla de eso no hay ninguna prueba incontrovertible de que sea auténtica.