El país vive una profunda crisis institucional, con la oposición pidiendo en las calles la dimisión del primer ministro, el socialista Edi Rama, a quien acusa de tener vínculos con el crimen organizado
Las calles y el Parlamento albanés son el fiel reflejo de la crisis política que vive el país. El lunes, seguidores del Partido Democrático, principal formación de la oposición, volvieron a pedir la dimisión del primer ministro, el socialista Edi Rama, a quien acusan de tener vínculos con el crimen organizado.
El treinta de junio estaban previstas unas elecciones municipales convocadas por el primer ministro. El líder de la oposición, Lulzim Basah, las consideró "un referendum contra el diablo".
Pero el presidente Ilir Meta canceló esos comicios que finalmente se celebraron sin la participación de la oposición. Ese es el motivo por el que el Parlamento albanés ha creado este lunes una comisión para que investigue al jefe de Estado por violar la Constitución. En tres meses el informe debería estar listo, pero el partido socialista necesitaría que 94 de los 140 diputados de la Cámara votaran a favor de la salida de Meta, un número que la formación no alcanza. La crisis institucional se está produciendo, además, cuando las aspiraciones de Albania de entrar en la Unión Europea están en juego.