Andrew Hooper y Josh Bastyr coquetearon con la muerte el pasado 10 de enero, cuando tuvieron la fortuna de sobrevivir a la caída de un enorme bloque de hielo sobre el agua en el Glaciar Spencer, en Alaska.
Los kayakistas sufrieron el violento impacto de pedazos de hielo que salieron proyectados a gran velocidad y terminaron completamente empapados por la ola creada tras el desprendemiento de la masa helada. Posteriormente, ambos pudieron asistir al hundimiento del iceberg que se formó. Hoy, pueden presumir de haber presenciado y grabado el histórico momento. Una experiencia, que, afortunadamente, pueden contar pero que podría haber sido fatal.
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