El Gobierno de Johnson trata de mitigar las revueltas entre los diputados después de haber aprobado el cierre del Parlamento. Mientras tanto, la oposición busca por todos los medios una vía legal y parlamentaria para impedir la salida abrupta de la Unión Europea
El Reino Unido encara una semana complicada. Tras la jornada de protestas multitudinarias, el Gobierno de Johnson trata de mitigar las revueltas entre los diputados después de haber aprobado el cierre del Parlamento. Mientras tanto, la oposición busca por todos los medios una vía legal y parlamentaria para impedir la salida abrupta de la Unión Europea.
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"Veamos qué dice la legislación", explicaba el conservador Michael Gove en la cadena de televisión bbc sobre los procesos judiciales en marcha. Cuando el presentador le advertía de que un Gobierno no puede eludir respetar la legislación, Gove repetía que no hay nada sobre la mesa y evitaba responder"
En un ambiente de desconfianza absoluta entre los partidos europeistas, el esfuerzo de los de Corbyn para diseñar un mecanismo parlamentario que evite una salida a las bravas será, cuando menos, una tarea complicada.
"El consenso ahora es que sólo hay una salida, y es permitir que el público decida: ¿quieres salir en los términos que se ofrecen o prefieres quedarte? Y creo que hemos pasado por muchos, muchos meses de impasse y creo que la gente realmente quiere que sigamos adelante", explicaba Keir Starmer, secreatrio a la sombra para el Brexit del Partido Laborista.
Mientras los diputados proeuropeos buscan en los rincones más escondidos del reglamento parlamentario, los jueces ya están en marcha. Varios tribunales del país estarán revisando esta semana la constitucionalidad de la medida de Boris Johnson de cerrar temporalmente la Cámara de los Comunes.