Y emplean muchos recursos en ello. La aerolínea húngara Wizzair ha creado una entidad legal en el Reino Unido para poder seguir operando como ahora. Muchas compañías están recurriendo a asesoramiento de consultoras internacionales.
PUBLICIDADAl igual que sucede en el resto de la Unión Europea, las empresas húngaras con negocios con el Reino Unido emplean recursos en prepararse para el Brexit y sus diferentes variantes.
La costosa reorganización
La aerolínea húngara de bajo coste WizzAir transportará este año a unos cuarenta millones de pasajeros, un tercio de sus vuelos aterrizan en el Reino Unido. La incertidumbre de la situación la ha obligado a someterse a una profunda y costosa reorganización.
Nos lo cuenta su Consejero Delegado Stephen Jones:
"Lo más importante que hemos hecho ha sido establecer una nueva compañía aérea en el Reino Unido, una entidad legal separada con la marca Wizzair gobernada por la autoridad de aviación civil del Reino Unido. De esta forma tienes derecho a volar hacia y desde el país como una aerolínea británica. No soportando ninguna separación en el Reino Unido de la Unión Europea, somos capaces de seguir volando en todos los mercados en los que lo hacemos ahora".
La armonización europea
Una salida del Reino Unido sin acuerdo también significa que desaparecerá la armonización europea conseguida en los últimos decenios. Por ejemplo, en lo que se refiere a protección del consumidor, comunicaciones móviles o estándares industriales y alimentarios. ¿Qué pasará con la garantía implícita de los bienes británicos o con los ya olvidados recargos del roaming?
Se abre un posible abismo ante el que muchas compañías húngaras están pidiendo asesoramiento a consultoras internacionales.
"Incluso después de un Brexit sin acuerdo habrá un entorno regulatorio que regirá las relaciones entre el Reino Unido y la Unión EUropea, pero esto representará un retroceso de décadas en comparación con el entorno legal armonizado actual", cuenta el abogado de KPMG Adam Kaplonyi.
Este abogado asegura que la situación podría evitarse si el Parlamento británico adoptara legislación europea. Un proceso que comenzó en 2018 pero que aún no ha terminado. Como él dice, en estos momentos el estrecho de Dover parece mucho más ancho de lo queen realidad es.