El Pontífice lamentó que el mundo sea cada vez más "cruel con los excluidos" e hizo un llamamiento a recuperar la humanidad.
El papa Francisco se solidariza con la crisis migratoria. El Pontífice inauguró este domingo una escultura en la Plaza de San Pedro del Vaticano que representa a migrantes y refugiados de épocas diferentes. Frente a cientos de fieles de diversos orígenes, el papa dirigió unas demoledoras palabras en la misa celebrada por la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado.
“Los países en vías de desarrollo siguen agotando sus recursos naturales y humanos en beneficio de unos pocos mercados privilegiados" -afirmó el papa durante su homilía- "Las guerras afectan sólo a algunas regiones del mundo; sin embargo, la fabricación de armas y su venta se lleva a cabo en otras regiones, que luego no quieren hacerse cargo de los refugiados que dichos conflictos generan", criticó.
Asimismo, recordó que "no se trata sólo de migrantes, sino de todos los habitantes de las periferias existenciales que, junto con los migrantes y los refugiados, son víctimas de la cultura del descarte".
El Pontífice también lamentó la crueldad del mundo con los excluidos e instó a recuperar la humanidad y evitar la discrimación de las personas más vulnerables para no "dejar a nadie fuera".
No es la primera vez que Jorge Bergoglio muestra su compromiso con los migrantes. En 2013 viajó a la isla italiana de Lampedusa, donde a menudo llegan migrantes y refugiados, para mostrar al mundo el drama de la inmigración y su apoyo a la causa.