Turcos y kurdos ultiman los preparativos para un conflicto inevitable, tras el anuncio de Ankara de su entrada en Siria y la retirada de la zona de las tropas estadounidenses.
Turquía y la Siria kurda ultiman los preparativos para un conflicto inminente. La frontera entre ambos países es estos días escenario de movimientos prebélicos, tras la retirada de Estados Unidos de la zona y el anuncio de Ankara de una intervención en el norte de Siria.
Turquía contará en esta ofensiva con el apoyo de facciones del Ejército Nacional Sirio, opositor a Damasco, cuyos soldados ya patrullan en zona fronteriza prepar ados para combatir a los kurdos.
Las Fuerzas Democráticas Sirias, lideradas por milicias kurdas, controlan este momento la práctica totalidad del norte del país. El ejército turco asegura estar operando en suelo sirio para asentar allí a dos millones de refugiados, si bien pocos dudan de que sus intenciones son las de combatir a los milicianos kurdos, a los que Recep Tayyip Erdogan considera terroristas.
Al otro lado de la frontera, los kurdos dicen están preparados para un combate, para ellos, trascendental. "Nadie pelea por dinero, nadie somete su alma por dinero", explica un combatiente herido de las Fuerzas democráticas Sirias. "Hay muchos que han sido heridos en los enfrentamientos, hay personas que han perdido una mano o un ojo. Nadie entrega su alma por dinero".
Mientras tanto, en Washington, continúan las condenas, desde dentro y desde fuera del Capitolio, contra la retirada de las tropas estadounidenses de la zona y el abandono a su suerte de unas milicias que hasta hace poco lucharon con ellos codo con codo frente a un enemigo común, el grupo Estado Islámico.
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